Esto es lo que AI… de momento
Hace un año, nos propusimos averiguar cuánto de hype y cuánto de impacto real tiene y podría tener la inteligencia artificial en los campos de la comunicación, el marketing y los Asuntos Públicos. De paso, queríamos estudiar los ámbitos inmediatos de aplicación de las siete tendencias de esta disrupción tecnológica. En LLYC llevábamos un par de años llevando las tecnologías exponenciales a proyectos concretos y nos planteamos investigar otros casos y ejemplos a nivel mundial.
Pensamos que hacerlo y no comunicarlo sería desaprovechar la oportunidad de sumar nuestro granito de arena a un hipersector especialmente sensible a estos avances. Queríamos aclarar conceptos, aportar conocimientos de otros campos y, en el camino, derribar algunos mitos.
Con esos postulados, mientras investigábamos, decidimos crear un podcast y rodearnos de profesionales de distintos ámbitos para compartirlo de una manera abierta. Así nacieron Esto es lo que AI y nuestro robot ELAI, un asistente virtual con pocas esperanzas en la capacidad del ser humano para crear una inteligencia artificial que pueda cambiar, a mejor, el mundo y que nos ha ayudado a canalizar las conversaciones, descubrimientos y debates.
Desde el primer momento, nos dimos cuenta de lo oportuno del planteamiento. Ya con el primer episodio en el aire, muchos colegas de profesión comenzaron a seguirnos y a compartir nuestros contenidos llevados por la preocupación de distinguir entre vendehúmos y auténticos especialistas, entre la moda y la tendencia, y entre los auténticos avances y el ruido.
Y es que uno de los problemas de esta disrupción es que la mayor parte de quienes dicen utilizar la inteligencia artificial lo hacen más por el glamour del término que por casos de uso reales. Por eso, nos pusimos en la piel de un director de marketing o de comunicación de una gran empresa que tiene ante sí el gran reto de cabalgar una ola que, de no saber controlarla, puede pasar por encima de su marca o dejarla pasar hasta que sea demasiado tarde.
Nos pusimos en la piel de un director de marketing o de comunicación de una gran empresa que tiene ante sí el gran reto de cabalgar una ola que, de no saber controlarla, puede pasar por encima de su marca o dejarla pasar hasta que sea demasiado tarde
No fue, por tanto, casualidad que una de las preguntas que nos hicimos en el primer capítulo fuera sobre el futuro de los periodistas y los profesionales de la comunicación y cómo íbamos a convivir con esta revolución. Descubrimos muchas cosas, entre ellas tres: que, al contrario de lo que pensamos, lo que mejor replica una máquina de un humano es su intuición; que, a pesar de que lo que escriben cada vez suena más coherente, carecen de la capacidad para hacerlo con un auténtico sentido; y que una máquina puede escribir tan mal como un humano -ya que la clave de la IA es su entrenamiento- y si el que la entrena es mediocre o no tiene buenas intenciones, la tecnología replicará estos errores.
También abordamos en otra entrega cómo en los últimos años se ha producido un salto enorme en las capacidades de los sistemas virtuales. Este salto se debe a la evolución imparable y en paralelo de distintas áreas que terminan por revolucionar nuestras interacciones con las máquinas: el procesamiento del lenguaje natural, su incorporación a todo tipo de plataformas, la cantidad de información que son capaces de manejar, o la mejora en las facilidades para desplegarlos. De hecho, fuimos testigos en el programa de cómo las nuevas generaciones prefieren consultar a un asistente virtual antes que hablar con un humano o incluso preguntar la hora a Alexa pese a tener un reloj físico delante de ellos.
En la siguiente, abordamos de frente un tema que ocupa y preocupa a comunicadores de todo el mundo: el del engaño. Analizamos el fenómeno de los deepfakes en el contexto de un mundo asediado por las teorías de la conspiración y la sobreabundancia de noticias falsas. Intentar averiguar qué tecnología hay detrás, cómo se están usando y sus implicaciones en el mundo de la comunicación y el marketing, es una aproximación al tema fruto de la necesidad de intentar vislumbrar si los deepfakes serán capaces de dar la puntilla a la escasa confianza que nos queda.
Abordamos la importancia de dibujar una estrategia de IA nacional ante la constatación de que estas tecnologías han venido a cambiar la geopolítica del mundo tal y como lo conocemos, tanto a nivel social como económico
Este es tan solo uno de los múltiples riesgos que plantea esta tecnología, y por eso también era importante hablar de sus límites y de los reguladores. No se nos ocurrió a nadie mejor para hablar del rol de los gobiernos en temas de inteligencia artificial que Carme Artigas, Secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial del Gobierno de España, con quien abordamos la importancia de dibujar una estrategia de IA nacional ante la constatación de que estas tecnologías han venido a cambiar la geopolítica del mundo tal y como lo conocemos, tanto a nivel social como económico.
Con Carme Artigas surgió también una de nuestras obsesiones en torno a la IA: la cuestión ética y el humanismo digital. Cuestiones como si se puede programar la ética o hasta qué punto estamos dispuestos a dejar en manos de robots dilemas con implicaciones reales sobre la vida de las personas. Asuntos de esta relevancia merecían un debate en profundidad que también tuvo cabida en uno de nuestros capítulos de esta temporada. Sacamos en claro que cualquier organización que quiera aprovechar el potencial de estas tecnologías debe ponderar mucho las implicaciones que conlleva un enfoque errado de sus objetivos. Los resultados en términos de reputación pueden ser desastrosos.
Y con él nos metimos de lleno en el, ya famoso, Metaverso para entender qué es exactamente y si está tan cerca como Mark Zuckerberg intenta hacernos creer. Desde luego, el concepto no es nuevo. Lo acuñó Stephenson en su novela Snow Crash en 1992 y lo plasmó Spielberg en la pantalla en su Ready Player One de 2018. Y en el camino, videojuegos como Minecraft, Roblox, Fortnite, Animal Crossing o compañías como Microsoft o BMW llevan mucho tiempo desarrollando sus propios mundos virtuales.
Sin embargo, niños y adolescentes, quienes suelen adelantar lo que vendrá y se impondrá, disfrutan de esos entornos virtuales desde hace mucho tiempo, aunque no lo relacionan con ese término ni comparten el entusiasmo por la conexión de estos mundos en un universo virtual que puede estar a la vuelta de la esquina o pasarse de moda antes siquiera de nacer.
El objetivo de este podcast ha sido y es conseguir respuestas a todas las preguntas que se nos agolpaban ante la perspectiva de un futuro apasionante. En el camino, nos han surgido nuevas cuestiones que nos obligan a buscar las claves en una segunda temporada en la que, esperemos, podamos ofrecer más luz.
Pero, esto es lo que hay: si algo sabemos ya es que los profesionales de la comunicación, el marketing y los asuntos públicos debemos experimentar y poner a prueba estos sistemas. Más allá del hype, son una realidad que ha venido para quedarse y que está encontrando acomodo en todos los ámbitos de la gestión. En el nuestro también y debemos afrontar la curva de aprendizaje ya. Forma parte del viaje hacia la transformación total de nuestra forma de trabajar. Sentarnos a esperar no es una opción.