UNO Agosto 2013

Las transnacionales se nutren de la bibliografía emprendedora

transnacionales

 

La teoría de la simbiogénesis que intenta describir la aparición de la diversidad biológica resulta atractiva por varias razones; una de ellas es que coloca la cooperación entre organismos distintos en el centro del proceso evolutivo a diferencia de la “ley del más fuerte”. Por analogía, la Alta Dirección de las compañías con intereses en los mercados de habla hispano-portuguesa debería aprender de esa “cooperación biológica” que fomenta el emprendedor (entrepreneur) cuando inicia un proyecto en cualquier latitud del mundo.

Revisemos paso a paso. Al estudiar la biblioteca, surge que la principal herramienta de ejercicio es un buen diagnóstico de situación para conocer el mercado, entender las reglas políticas vigentes y conocer el contexto donde desarrollará su producto o servicio. En un escenario donde China acelera su transformación política, Cuba normaliza sus relaciones con el exilio, Alemania reclama a Europa cambiar el rumbo, y Argentina comparte su visión regional con Brasil, vienen años tan creativos como conflictivos. En ese sentido, un diagnóstico de situación elaborado por especialistas es el primer paso seguro para cualquier compañía.

El segundo es un plan de negocio. En el plano institucional sería tener un hoja de ruta, es decir, un documento que identifique, describa y analice una oportunidad detectada, examine la viabilidad técnica y política, y desarrolle las estrategias necesarias para convertir la oportunidad en negocio concreto. Este escalón es clave en la planificación del “mapa a conquistar”. Puertas adentro, la confección de este documento permite que los impulsores reflexionen acerca de su idea inicial, le den forma y la estructuren con coherencia económica, política y jurídica. Los principales errores en que se incurre en esta etapa están atados a una deficiente medición (métricas endógenas y exógenas), subestimación de los issues de crisis, y sobrevaloración de la idea original del plan.

Un diagnóstico de situación elaborado por especialistas es el primer paso seguro para cualquier compañía

EN BUSCA DE FINANCIACIÓN.
CAPILARIDAD DE RELACIONES

Un emprendedor luego de tener una visión clara del contexto y de haber redactado su plan de negocio, sale en busca de mentores y Angel Capital (inversores ángeles). Todo mediante las redes preexistentes. En el ámbito de nuestro estudio, sería la capilaridad de relaciones. Es decir, las ayudas, alianzas y negociaciones que conceden los distintos actores sociales para desarrollar la hoja de ruta establecida. Las entidades financieras ofrecen créditos y préstamos mientras que los diplomáticos o facilitadores de relaciones acercan oportunidades y destraban situaciones impensadas con el arte de la conversación y los buenos modales.

Luego vendrá –en la escena del emprendedor– la constitución de la empresa propiamente dicha. Llevado al ámbito de las relaciones institucionales sería el tipo de alianza que se quiere establecer y el posicionamiento de marca para tal propósito.

La cultura emprendedora es el mejor mecanismo de generación de prosperidad

transnacionales-fullAhora bien, estos códigos, en general, son las guías iniciales del emprendedor antes de iniciar un nuevo camino con sus desafíos y recompensas. Pero el punto más importante es el concepto de valor compartido. La visión de sustentabilidad tiene que estar presente desde el origen para conferirle solidez al proyecto y aportar con el tiempo, un entorno de franco desenvolvimiento donde todos ganen.
EL FAMOSO ECOSISTEMA

El emprendedor comprende claramente que tiene que fomentar y contribuir con el ecosistema donde él mismo creció. Esta solidaridad es parte central del sistema de valores que sostiene e impulsa el emprendimiento como movimiento. Por su historia personal en la que fue recibiendo ayuda, entiende que es responsable de promover esa “cooperación biológica” para generar el impacto positivo del desarrollo de las personas en un entorno dado (conocimiento, empleo, innovación, riqueza distribuida, contribución e impuestos).

La cultura emprendedora, definida por los elementos que componen el ecosistema, es el mejor mecanismo de generación de prosperidad que al final del ciclo, confluye en lo que hoy se entiende por “licencia social”. En otras palabras, es el respaldo de los stakeholders o partes interesadas para la ejecución de un proyecto.

La licencia social normalmente es un estado otorgado por los distintos públicos para desarrollar el proyecto en carpeta. La licencia es dinámica, ya que la opinión de las personas suele cambiar con el tiempo. En otras palabras, las percepciones de los grupos de interés es uno de los componentes más sensibles para obtener la licencia social. El proyecto primeramente debe ser considerado como legítimo por las comunidades y una vez logrado, tanto la empresa como el proyecto y sus funcionarios deben generar credibilidad y confianza.

En resumen, en un contexto mundial complejo, se impone la visión del emprendedor donde el valor compartido tiene una relación íntima con la sostenibilidad, la licencia social y la “cooperación biológica” en lugar de la imposición de la supervivencia del más apto como creía hasta el propio Darwin.

Juan Manuel Collado
Board Member de la Fundación Endeavor y Co-Fundador y Director del Grupo Tapebicuá
Board Member de la Fundación Endeavor, cuyo objetivo es promocionar la cultura emprendedora a nivel mundial, y Co-Fundador y Director del Grupo Tapebicuá, un grupo foresto-industrial que opera en Argentina. Es Licenciado en Economía por la Universidad de Buenos Aires, Magíster en Administración y Políticas Públicas por la Universidad de San Andrés y ha cursado un Postgrado en Alta Dirección por IAE, Business School. @_Juan_Collado

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