Cuba: De Fidel a Chanel
INTRODUCCIÓN
No se equivoque el lector. Cultivo en mis escritos la objetividad posible y el presente título solo intenta reflejar, haciendo síntesis, la complejidad de un proceso que difícilmente logrará estar desprovisto de subjetividades y que jamás podrá ser juzgado con imparcialidad. Involucra, como todo proceso revolucionario en serio, muchas vidas y muchas muertes.
Todo el reciente acontecer cubano (poco más de medio siglo) es un derroche de pasiones tropicales, mejor todavía caribeñas, montadas sobre un sustrato de ardor español mezclado con voluptuosidades africanas.
Mirémoslo en tres periodos.
El PERIODO HEROICO
(La Sierra Maestra)
En la Introducción, que incluye una pequeña autobiografía, de su obra literaria mayor: La victoria estratégica, escribe Fidel Castro: “En los años 40 había emergido con fuerza el anticomunismo, la siembra de reflejos y el control de las mentes a través de los medios de comunicación masiva. Se habían creado las bases para el dominio militar y político del mundo. Muy poco quedaba ya en nuestra alta casa de estudios del espíritu revolucionario de los años 30”.
Cuando algunos previos o posteriores alzados en armas, como en Colombia, pese a la autenticidad de Camilo Torres y otros, devienen en guardianes del narcotráfico, se acaba la leyenda
“Cambia, todo cambia” y cambia más y más rápidamente al paso de los días.
En el capítulo tercero del mencionado libro precisa: ”Hay cosas que ni los déspotas ni sus esbirros pueden comprender. No es lo mismo luchar por un sueldo, alquilar la persona a un miserable tiranuelo, cargar un fusil por una paga como un vil mercenario, que ser soldado de un ideal patriótico”. Y agrega: ”Al hombre de ideal, la vida no le importa porque le importa el ideal: no cobra sueldo, soporta gustosamente todos los sacrificios que le impone una causa a la que ha abrazado desinteresadamente… El ideal es una forma superior de vida en (la) que la muerte individual no cuenta”.
Ese hombre de ideal (de esos ideales) es una especie en extinción. Los últimos guerrilleros heroicos fueron los cubanos. Cuando algunos previos o posteriores alzados en armas, como en Colombia, pese a la autenticidad de Camilo Torres y otros, devienen en guardianes del narcotráfico, se acaba la leyenda, aunque subsista en las generaciones del siglo pasado el mito del Che Guevara, banalizado, antes que en razón de fundamentaciones ideológicas, al convertirlo en producto comercializable.
EL PERIODO ESPECIAL
(El fin del apoyo de la Unión Soviética)
Duro, muy duro fue para los cubanos el denominado periodo especial. Escaseaba todo. Los “creyentes” vivieron alimentados por su mística, sostenidos por su sentido de la dignidad. El rencor del Jefe contra los gringos, venía de lejos y había sido sembrado con éxito en el corazón con fibras martianas de los cubanos.
En carta a Celia, después de un bombardeo a la casa del campesino Mario Sariol con cohetes con la inscripción Made in USA, Castro escribe: “Al ver los cohetes que tiraron en casa de Mario, me he jurado que los (norte) americanos van a pagar bien caro lo que están haciendo. Cuando esta guerra se acabe, empezará para mí una guerra mucho más larga y grande: la guerra que voy a echar contra ellos. Me doy cuenta (de) que ese va a ser mi destino verdadero”.
Gallego empecinado, Fidel empezó su guerra larga pero el antiguo imperio en que se apoyaba se desmoronó de pronto y debió enfrentarse solo contra los molinos de viento.
Su pueblo, como un buen Sancho, mayoritariamente lo acompañó y frente a cada problema inventó el “se resuelve” o buscó un “socio-listo” entre los socialistas. ”El esfuerzo no bastó. Venezuela tampoco pudo mantener su rol de hermano generoso con la revolución “y en eso llegó Raúl… y mandó a parar”.
Por eso, mientras Miami desborda nostalgias, Obama reconoce la inutilidad del bloqueo y la oportunidad que le brinda, con bendición papal incluida, la apertura hacia Cuba.
Lo que parecía imposible, ocurre
EL ACTUAL PERIODO
(El realismo práctico de Obama)
Pese al enorme sufrimiento causado, el bloqueo impuesto por los Estados Unidos nunca doblegó en los cubanos a cargo del régimen, al menos su retórica antiimperialista.
Por eso, mientras Miami desborda nostalgias, Obama reconoce la inutilidad del bloqueo y la oportunidad que le brinda, con bendición papal incluida, la apertura hacia Cuba. Lo que parecía imposible, ocurre.
Entonces, Karl Lagerfeld, director de Chanel, sustenta su presencia en Cuba, en el peso mediático adquirido por La Habana, y “debido a la riqueza cultural y la apertura del país al mundo, que lo hacen fuente de inspiración”. Convierte a la Isla en el primer destino latinoamericano de su prestigiosa casa de alta costura y contribuye a la relativización de la pobreza, convirtiéndola en escenario para exhibir una de las mayores manifestaciones contemporáneas del lujo pero también de la sofisticación de la cultura, a la que la capital cubana nunca ha sido ajena: la moda.
Tampoco, por razones similares, debe sorprender que el malecón de La Habana pronto se vea poblado de cruceros de todas las banderas y a sus muelles arriben músicos de todos los continentes y con todos los ritmos. Cuba siempre ha sido y deberá seguir siendo una de las capitales mundiales de la creación musical. Y uno de los destinos favoritos para los españoles que nunca dejaron de estar allí.