Comunicación reflejo de una gestión consciente
Hace tres años, ALEATICA entró en una fase de transformación que inició con la incorporación de políticas y acciones de gobierno corporativo, responsabilidad social y cumplimiento. En esta etapa de transformación, recibí la invitación para integrarme al equipo corporativo como la figura encargada de atender el bienestar de los usuarios y de las personas en la empresa a cargo de proveer el servicio de movilidad.
Hoy nos asumimos como una empresa proveedora del servicio fundamental de movilidad; movilidad terrestre a lo largo de 287,1 kilómetros en seis concesiones carreteras con un tráfico promedio diario de 576 083 vehículos, y 1,6 millones de tags aceptados en 1255 carriles de las autopistas más importantes del país, así como movilidad aérea a 725 563 pasajeros promedio al mes en el Aeropuerto Internacional de Toluca.
Los usuarios que circulan por nuestras vías, nuestros usuarios, depositan su confianza en el servicio que proveemos, por el cual pagan una cuota que nos compromete a la reciprocidad, a devolver el peaje pagado con un servicio de óptima calidad. Junto con ellos que han de cumplir con las medidas de seguridad y autocuidado necesarias, somos responsables de ofrecer las condiciones requeridas para favorecer su vida y seguridad, así como las de nuestros operadores.
Nuestros usuarios depositan su confianza en el servicio que proveemos, por el cual pagan una cuota que nos compromete a la reciprocidad
Cumplir con ello nos compromete a contar con procesos eficientes y precisos, que contemplen los riesgos asumidos y las situaciones que suceden, así como los controles para prevenirlos, detectarlos y corregirlos. Este sentido práctico de la operación, más los ejes que orientan a la empresa, constituyen los elementos para desarrollar una gestión consciente.
Pensando en cualquier otra empresa perteneciente a cualquier otro sector, de igual manera, la calidad de la gestión tiene reflejo tanto en la comunicación que emite, como en la que recibe por parte de sus clientes. Por una parte, la comunicación que la empresa genera como una de sus funciones internas y externas, deben estar sustentadas en acciones, y ha de transmitir congruencia entre lo que hace y dice. Por otra parte, la comunicación que la empresa recibe es una proyección de lo que hace y de cómo lo lleva a cabo.
Para que una empresa tenga una óptima gestión debe existir la convicción de hacer las cosas en función de un bien mayor. Hoy en nuestro caso se trata de las personas. Si el día a día está orientado hacia ese objetivo, nuestro trabajo adquiere una nueva dimensión, y cualquier función que realicemos, se convierte en una misión, personal e institucional.
Los usuarios nos hacen saber si nuestro hacer y decir es claro, positivo, útil para ellos y, por lo tanto, para nosotros. Los usuarios son también el amplificador de ese mensaje, toda vez que, gracias a la inmediatez de las redes sociales, cualquier acción por parte la empresa es difundida de forma instantánea, afectando a su reputación. Imposible no cometer errores, fundamental darse cuenta de ello y hacer todo lo posible por repararlos.
Para dar el mejor servicio posible por medio de una gestión consciente, la colaboración entre áreas y equipos es indispensable. El conocimiento de los procesos en cada una de estas áreas, identificar los puntos nodales en los que se activa esa colaboración y que ello suceda naturalmente, sin resistencias, sin personalismos, sin cotos de poder, haciendo que la información fluya, la coordinación suceda y se avance hacia la solución, es condición para comunicar lo que se es y no lo que quisiéramos que la gente piense que somos.
En el caso de ALEATICA, pertenecemos a un sector que transgrede, atravesamos territorios, y al hacerlo vulneramos la vida de las personas, lo cual implica diálogo y acuerdos. Siendo así, tenemos la oportunidad de tocar la vida de esas mismas personas de forma provechosa. Hacerlo implica responsabilidad en el actuar de cada una de las partes involucradas en el sector al que pertenecemos. Todos y cada uno cumpliendo con la función que nos corresponde.
En el caso de ALEATICA, pertenecemos a un sector que transgrede, atravesamos territorios, y al hacerlo vulneramos la vida de las personas, lo cual implica diálogo y acuerdos
En mi caso, la empresa me ha nombrado responsable del servicio al usuario cuya función implica procurar que la gestión cumpla con principios de integridad, así como ser parte de las decisiones orientadas a ese propósito. No obstante, la cultura de hacer las cosas bien, con apego a la ley, a las normas, a procesos y métricas aprobadas, y en torno a los ejes primordiales de la empresa, debe permear en todo el personal que conforma una organización.
Los espacios de trabajo son lugares en los que se recrean valores y, por lo tanto, abonan o no a la cultura de la legalidad, civilidad, productividad, al desarrollo y a la sana convivencia. La responsabilidad de la empresa entonces es enorme, trascendental para esculpir el país y la comunidad internacional de negocios que queremos generar.
De nuestro diario hacer depende si del bloque de mármol en nuestras manos emergerá una obra de arte de la que nos sintamos orgullosos, a través de la cual transmitamos lo que realmente somos, de adentro hacia afuera, asumiendo el privilegio de servir, aportar, al mismo tiempo que generamos fuentes de trabajo, comunicamos destinos, personas y trabajamos por la sostenibilidad del negocio y de todas esas afortunadas conexiones.