Comunicar en tiempos de disrupción
En LLYC llevamos muchos años reflexionando con nuestros clientes sobre las mejores respuestas comunicativas ante una realidad cada vez menos gobernable (y no solo en términos políticos). Hace tiempo que intentamos describirla con unas siglas, VUCA, procedentes de la versión en inglés de cuatro adjetivos: volátil, incierto, complejo y ambiguo. Las empleó por primera vez la Escuela de Táctica Militar del Ejército de los Estados Unidos, en las postrimerías de la Guerra Fría. El mundo VUCA describía ya entonces un nuevo escenario, mucho más poliédrico, rugoso e inestable. La expresión ha alcanzado una edad respetable, y sin embargo resulta de una actualidad inusitada en nuestros días, cuando la tecnología y los cambios sociales que ésta propicia y acelera, nos enfrentan a una realidad desconocida que evoluciona a una velocidad de vértigo con nuevas reglas y rituales.
En este número 33 de nuestra revista UNO, el lector encontrará un variado arsenal de enfoques y puntos de vista sobre cómo la tecnología nos aporta y nos defiende y también como en algunas ocasiones nos amenaza, nos reta y nos hace abandonar nuestra zona de confort definida por lo conocido, sabido y experimentado.
El debate hoy se reduce con frecuencia a un cara o cruz, un juego de contrarios entre tecnocracia o populismo, globalización o proteccionismo, privacidad o hipertransparencia, verdad o noticias falseadas. En cada una de esas posibles dicotomías, los ciudadanos han pasado de ser meros receptores de la información a generar, transmitir y amplificar la mayor parte de los contenidos. El caudal informativo se ha vuelto tan exorbitante que cada vez es más difícil destacar en un mundo tan saturado de información. Y los que decidían ahora se ven fuera de juego y débiles o vulnerables.
Hacen falta nuevas metodologías, una forma distinta de mirar y un nuevo estilo de contar. Les adelanto cuatro características que conviene cuidar. En primer lugar, el relato corporativo debería pasar del storytelling al storydoing. Si se me permite la traducción libre, incluir menos promesas y más compromisos efectivamente cumplidos. En segundo término, el objetivo esencial debe ser generar confianza, porque ya es la única criptomoneda de valor universal. En tercer lugar, la comunicación habrá de ser sostenible en el tiempo, tanto en transparencia como en responsabilidad. En último término, los tres requisitos anteriores solo se cumplirán con capacidad de anticipación e innovación.
En LLYC hemos resumido en un eslogan esas cuatro características esenciales para caminar con garantías, e incluso mantener un ritmo de carrera en esa inédita maratón VUCA. Lo llamamos embrace disruption. Vale decir prepararse, innovar y anticiparse. Va siendo hora de darle la vuelta al lema de San Ignacio de Loyola de nuestros mayores. Ya saben: en tiempos de tribulación, no hacer mudanza. Porque estamos convencidos de que en estos tiempos nuestros de mudanza no conviene sumirse en la tribulación y protegerse, sino anticiparse, abrazar la disrupción y actuar comunicar. Y, si se me permite el matiz, hacerlo muy bien.