Digital first, el mayor salto en predicción y propósito corporativo
La automatización y el machine learning nos sitúan ante el cambio más radical y concluyente jamás visto en el análisis del comportamiento social y político. La capacidad de obtener datos masivos y de segmentarlos según todas las variables imaginables ha revolucionado la toma de decisiones, en especial en el ámbito del marketing, la comunicación y los asuntos públicos.
El lector encontrará en las páginas siguientes un amplio repertorio de novedades, oportunidades, desafíos y sistemas para acompasar tanto el ritmo de su empresa como su propio desarrollo profesional a lo que se ha dado en llamar deep digital journey. Un fenómeno que quizá podríamos traducir libremente como inmersión profunda en la transformación digital.
Las tecnologías exponenciales brindan a las empresas, y a sus profesionales en marketing y comunicación, la oportunidad de predecir de forma casi milimétrica las exigencias y necesidades de sus distintos grupos de interés. Les aportan una fotografía de detalle inédita. El retrato probablemente más fiel de los gustos, aficiones, esperanzas y compromisos que sus respectivos stakeholders aguardan de cada empresa, de sus consejeros y de su equipo directivo. También las bases más exhaustivas y transparentes para establecer una conversación abierta, dinámica y fructífera con sus clientes en todos esos ámbitos.
La capacidad de obtener datos masivos y de segmentarlos según todas las variables imaginables ha revolucionado la toma de decisiones
UNO37 ofrece una apasionante reflexión coral sobre el desarrollo y los avances del digital first. Los autores coinciden en que la actual transformación tecnológica debe ser abordada de forma proactiva, diáfana y valiente. Se trata de asumir los cambios, aplicar los sistemas de medición y análisis, y procurar anticiparse a las tendencias de futuro.
Quienes se limiten a aplicar defensivamente las nuevas tecnologías, las enfoquen para evitarse problemas, o tan solo marquen algunas líneas rojas que no deberían rebasarse, perderán buena parte de la eficiencia del big data. Ni la cosmética del greenwashing ni la mítica y siempre ignota cocina de las encuestas sirven para mucho en un escenario donde mandan la hipertransparencia y la fuerza de los datos.
Estamos ante una transformación cultural corporativa sin precedentes. Parece claro que la pandemia ha acelerado su implementación, y además la ha vinculado de una vez y para siempre al propósito corporativo, entendido como segundo gran cambio de mentalidad que nos traerá el presente siglo.
A una empresa ya no le basta con maximizar los beneficios, controlar el gasto o liderar la rentabilidad por dividendos. Tampoco le funcionará centrarse exclusivamente en sus marcas y productos. La digitalización ha alterado de raíz las reglas del consumo. Los accionistas, las asociaciones, los clientes y hasta el conjunto de la sociedad se han convertido también en decisores, estrategas e incluso gestores de cada una de las empresas con las que se relacionan.
La digitalización ha alterado de raíz las reglas del consumo. Los accionistas, las asociaciones, los clientes y hasta el conjunto de la sociedad se han convertido también en decisores y estrategas
Los macrodatos ofrecen una transcripción metódica, fiel y determinante de cuáles son las líneas maestras de esa interacción constante y en permanente mutación. Cuanto más fluido sea ese diálogo, y mejor se analice, aumentará de manera sustancial la posibilidad de éxito corporativo, de legitimidad social, de fidelización y de perdurabilidad de cualquier proyecto empresarial. Hay todo un mundo de posibilidades a la hora de explorar esos nuevos diálogos. Desde luego, la flexibilidad, la especialización, las empresas emergentes o el venturing serán excelentes aliados para dinamizar ese proceso.
Desde el departamento de Deep Digital Business de LLYC ya hemos dado algunas recomendaciones de cómo afrontar con garantías esa transformación. El principal consejo es trasladar el foco de atención desde la propia empresa y sus circunstancias hacia los clientes y sus prioridades. Esos dos mundos han dejado de ser compartimentos estancos. Componen una única realidad, indivisible, que requiere de planteamientos y estrategias coherentes e integradas.
Además, desde nuestro departamento se anima a las empresas a asumir el inmenso valor de explotación de sus datos propios, el first party data. Resulta indispensable para calibrar sus políticas de marketing y comunicación. Claro que si esta necesidad ya es apremiante hoy, se habrá vuelto ineludible en cuanto desaparezcan las cookies, o third party data. Cada día falta menos para ese momento.
De manera que el mañana vuelve a estar aquí. Y como decía el clásico, nuestro futuro será digital o no será. Ya no basta con instalarse en la nube para estar digitalizado. Hace falta todo un modelo de inteligencia artificial corporativa. O, si se quiere, de digital first, porque a las empresas y a los profesionales les va el futuro en serlo. Cuanto antes nos zambullamos en los macrodatos, mejor.