Cuba en la Encrucijada
Después de 56 años, Barack Obama y Raúl Castro, anunciaron un histórico cambio en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba; sin embargo, aún está en tela de juicio el real aprovechamiento de esta emblemática oportunidad y qué intenciones reales existen de generar transformaciones estructurales en un país históricamente cerrado frente al resto del mundo. El bloqueo económico es un tema aún no resuelto y junto a ello viene también un nuevo ciclo de desafíos que la Isla deberá tener en cuenta si es que el Gobierno quiere dar el salto.
En el frente económico, si bien existe la posibilidad de migrar a un modelo capitalista como el chino, está también la alternativa de permanecer en el statu quo o de moverse a un esquema intermedio. La libertad económica es una válvula de oxígeno para el gobierno cubano, que podría funcionar siempre y cuando libere de las cadenas al trabajador. Cualquier inversionista aún debe pasar por el filtro del gobierno, y ese nivel de intervención puede influenciar en el funcionamiento del mercado laboral.
El capital humano tiene un valor incalculable en áreas como la cultura, arte, preservación patrimonial, desarrollo científico y polo de negocios, que han tomado un carácter estratégico
En el plano político hasta el minuto las señales han sido claras: no hay atisbos de cambio ni apertura a libertades civiles y políticas; por ende, la democracia y restitución de los derechos humanos será todavía un anhelo de muchos. Estoy convencido de que se debe buscar un mecanismo de transición, que pueda dar garantías a quienes han estado viviendo en la sombra de la dictadura, que otorgue incentivos para dejar el poder, y por, sobre todo, restablecer los derechos humanos y civiles.
Si hablamos de recursos que puedan ser trascendentales para el despegue de Cuba, el capital humano tiene un valor incalculable en áreas como la cultura, arte, preservación patrimonial, desarrollo científico y polo de negocios, que han tomado un carácter estratégico.
Hoy la educación, la innovación y la tecnología en la isla no están en buen pie y los profesores tienen poco acceso a la investigación y desarrollo (precario acceso a internet, limitaciones para salir de Cuba, entre otras) lo que desencadena en poco acceso al mundo del conocimiento.
Los procesos de transición son complicados, ya que requieren de decisiones difíciles. El tema económico es clave para lograr un cambio de raíz
Es difícil tener certeza sobre cómo quedará la situación política y económica cuando termine el gobierno de los Castro, pero es posible imaginar dos escenarios; el primero basado en un momento de clímax que otorgue una transición acelerada a un régimen plenamente democrático, y el segundo, más probable que el anterior, donde el poder político siga bajo el control autoritario de quienes hoy gobiernan la isla.
Mirando el panorama de Estados Unidos, vemos que se encuentra en un momento bastante incierto, con el nuevo cambio de gobierno. Un futuro con Donald Trump al mando, podría llevar todos estos avances junto a Cuba a fojas cero. La eventual propuesta del país anglosajón respecto a la Isla tampoco está tan clara, y se perfila como un acuerdo unilateral con muy pocas exigencias (sobre todo desde el punto de los DDHH), razón por la que aún no ha habido un cambio sustancial en la política externa.
Los procesos de transición son complicados, ya que requieren de decisiones difíciles. El tema económico es clave para lograr un cambio de raíz y Cuba podría tener un salto relativamente rápido si es que se generan modelos eficientes entre capitales extranjeros y recursos (humanos y de capital) cubanos no estatales. El turismo, la cultura, educación e investigación son factores esenciales para que Cuba comience su senda de modernización. Sin embargo, los países no pueden lograr cambios sustantivos mientras los derechos humanos y las libertades individuales sean un tema pendiente.