Alianza del Pacífico: amplio espacio de integración
La Alianza del Pacífico, conformada por Chile, Colombia, México y Perú, es un proceso de integración económico y comercial, abierto, flexible y con metas claras y pragmáticas, cuyo principal objetivo es avanzar en la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas. Este ambicioso esfuerzo, no solo busca profundizar el comercio y la inversión entre sus miembros, sino que también con el mundo. La Alianza del Pacífico sentó formalmente sus bases institucionales en junio de 2012 con el Acuerdo Marco suscrito por los cuatro Presidentes de la República (Observatorio Paranal, Región de Antofagasta, Chile).
La Alianza surgió sobre la base de profundizar y complementar aquello que ya los cuatro países tenían estipulado bilateralmente. En forma paralela, la idea ha sido generar espacios de integración relevantes en áreas no tradicionales. Así, se han generado acuerdos en educación (intercambios y becas de pregrado); cooperación científica (cambio climático); promoción conjunta en los mercados internacionales de bienes, servicios e inversiones de la región; oficinas comerciales conjuntas; cooperación consular y de embajadas, por mencionar algunos logros.
La Alianza del Pacífico en 2018 será la tercera economía del mundo, según proyecciones del Producto Interno Bruto hechas por el Fondo Monetario Internacional
La Alianza del Pacífico tiene una estructura basada en el principio del consenso. En ese sentido, el ser países que comparten muchas coincidencias ha facilitado los acuerdos. Es importante señalar que existe un gran nivel de compromiso, lo cual se refleja en las siete reuniones cumbres de los Jefes de Estado, en los numerosos encuentros de ministros de Relaciones Exteriores y de Comercio, y en las sucesivas reuniones de los viceministros de Comercio y los grupos técnicos.
De esta forma, la Alianza del Pacífico no es exclusivamente un Tratado de Libre Comercio, sino un espacio que potencia la integración por la vía de combinar acuerdos con altos niveles de ambición en comercio, con compromisos en otras áreas. El Acuerdo de integración comercial ya alcanzado, negociado en parte durante la presidencia pro-tempore de Chile, consta de 21 capítulos, entre los que se incluyen disciplinas ambiciosas y de última generación sobre temas de Acceso a Mercados, Reglas de Origen, Facilitación del Comercio, Obstáculos Técnicos al Comercio, Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, Servicios e Inversiones y Compras Públicas.
En acceso a mercados, se acordó el 92% de desgravación inmediata entre los 4 países al momento de entrada en vigencia y un 8% con cronogramas de desgravación de corto y mediano plazo. Dicho acuerdo permitirá consolidar y profundizar el potencial, generando uno de los espacios más importantes de integración regional a nivel global.
En efecto, con una población de 211 millones de personas, un PIB de US$ 2.013 mil millones (un tercio del PIB de la región), y un comercio global de US$ 1.104 mil millones, se estima que la Alianza del Pacífico en 2018 será la tercera economía del mundo, según proyecciones del FMI.
A su vez, aumentar el comercio extra-Alianza es un objetivo de gran interés, especialmente con la región Asia-Pacífico, que concentra hoy casi el 50% de la población mundial, el 30% del PIB mundial y el 30% de lo que se compra en el planeta.
No sólo llevaremos nuestros aranceles a cero y facilitaremos la integración productiva, sino que avanzaremos en la cooperación entre las aduanas, en la interoperabilidad de las ventanillas únicas de comercio exterior y en el operador económico autorizado, que permitirán que el comercio sea más expedito intra-Alianza y con el mundo.
También en Servicios ha sido clave el acuerdo alcanzado en transporte marítimo, el que facilitará la cooperación y el tráfico para cargas, complementando así los acuerdos ya existentes con nuevas disciplinas. En Servicios aéreos queremos avanzar hacia su liberalización, para así impulsar la integración, haciendo más expedito y eficiente el transporte de personas y carga.
El Acuerdo de integración comercial alcanzado, negociado en parte durante la presidencia pro-tempore de Chile, consta de 21 capítulos, donde se incluyen disciplinas ambiciosas y de última generación
La Alianza es un proceso abierto en el sentido que todos aquellos países que compartan sus principios y objetivos, tienen la posibilidad de sumarse como miembros plenos, asumiendo los compromisos ya alcanzados. Hoy, la Alianza cuenta con 25 países observadores. Costa Rica ha iniciado su proceso de adhesión plena. Otro grupo de países de diversos continentes, han presentado también su solicitud en calidad de observadores.
Al trabajo a nivel de los Estados, se suma la labor del Consejo Empresarial de la Alianza del Pacífico (CEAP), instancia asesora integrada por empresarios y organizaciones de alto nivel, y las acciones conjuntas emprendidas por las agencias de promoción y embajadas en diversos mercados del mundo, orientadas a estimular el comercio y las inversiones.
De esta forma, la Alianza del Pacífico, como proceso de integración profunda, convoca no sólo a sus Estados fundadores, sino también a terceros países interesados y al sector privado, con el objeto de lograr acuerdos evolutivos, que cumplan exitosamente los objetivos y metas planteadas.
[testimonial author=”Álvaro Jana – ” avatar=”https://www.revista-uno.com/wp-content/uploads/2013/12/alvarojana-235×180.jpg” role=”Director General de Relaciones Económicas Internacionales (DIRECON) del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile” link=”https://www.revista-uno.com/staff/alvaro-jana/” ]Álvaro Jana dirige Direcon desde junio de 2012. Es abogado de la U. Diego Portales, con posgrado en Derecho en Estudios Legales Internacionales con especialización en Derecho Comercial Internacional en la Georgetown University. En su trayectoria académica, destaca como profesor de Resolución de Controversias del Instituto de Estudios Internacionales de la U. de Chile, y del Centro para América Latina de la U. de Heidelberg.
Jana encabezó el Departamento OMC de DIRECON (2002 y 2003); fue Asesor Jurídico del Departamento de Política Comercial de la OMC (2001–2002), y Asesor Legal de los Acuerdos de Complementación Económica entre Chile-Colombia y entre Chile y Mercosur.
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