Apoyando la apertura comercial, la seguridad jurídica y la vocación asiática
Como Presidente del Gobierno, es una gran satisfacción escribir en la revista de la primera consultoría española y latinoamericana, que pertenece al Foro de Marcas Renombradas Españolas (FMRE). Me parece muy oportuno que nuestras empresas destaquen, como lo hace el Gobierno, el potencial que tiene la Alianza del Pacífico.
Para España, los cuatro Estados Miembros fundadores de la Alianza, tomados en su conjunto, representan el noveno destino de nuestras exportaciones mundiales, y el 40% de nuestras exportaciones a América Latina.
Comercialmente, la Alianza del Pacífico y España nos complementamos, pues si les suministramos bienes de equipo, semi-manufacturas, vehículos y bienes de consumo, ellos nos proporcionan petróleo y gas, así como materias primas agrícolas y minerales. Además, España puede hacer una interesante triangulación con la Alianza del Pacífico y Asia, en beneficio mutuo. Cabe recordar que en la primera década de este siglo XXI, el comercio de China con América Latina y el Caribe ha crecido dos veces más rápido que con cualquier otra región del mundo. Se trata de un buen ejemplo de la centralidad de América Latina.
España puede hacer una interesante triangulación con la Alianza del Pacífico y Asia, en beneficio mutuo
La inversión española en América Latina y el Caribe alcanza ya los 126.000 millones de euros, un 9% más que el año anterior. Lo importante no es sólo la cifra sino también la tendencia: la crisis no ha disminuido nuestros flujos de inversión en América Latina. Los países de la Alianza del Pacífico representan la tercera parte: 44.000 millones de euros. España es el primer inversor en Chile y en Perú, el segundo en México y el tercero en Colombia. Se trata además de una inversión muy diversificada, que contribuye por tanto al tejido industrial de estos países, a su crecimiento, a la creación de empleo y a la cohesión social.
Somos aliados históricos y de futuro, pero no sólo en América Latina sino también, y cada vez más, en la escena global. Se trata de países que creen en las mismas políticas que España y las practican. Compartimos los mismos valores e intereses, no sólo el idioma común. Estamos ante la Alianza latinoamericana de la seguridad jurídica, de la apertura comercial y de la vocación asiática, una combinación ganadora.
España debe apoyar claramente a todos los países que creen en las reglas de juego claras y predecibles, fruto de instituciones políticas fuertes e independientes. De ellas depende el bienestar ciudadano.
Nuestra apuesta por la Alianza del Pacífico no merma ni un ápice la de Brasil dentro de Mercosur, que viene de años atrás
En el siglo XXI, las instituciones son igual de importantes o más que el cambio tecnológico para el desarrollo económico y social. Con instituciones creíbles y fiables, el crecimiento económico se refuerza y se hace más equitativo, porque se atrae más inversión, se genera más renta y por tanto se puede redistribuir más, logrando así una mayor cohesión social. La Alianza del Pacífico es en realidad el proceso de integración más parecido al de la Unión Europea que se haya visto nunca en América Latina. No se conforma con la libre circulación de mercancías sino que apuesta por la conformación de un verdadero mercado interior, con libre comercio de bienes y de servicios, de capitales y de personas. Por ejemplo, la libre circulación de personas se ha iniciado con la facilitación del tránsito migratorio, eliminando el requisito del visado entre ellos y permitiendo así que los ciudadanos perciban directamente las ventajas de la integración.
En este mismo sentido, en agosto pasado, en cuanto entró en vigor el Acuerdo Comercial Multipartes entre la Unión Europea, Colombia y Perú, llamé a los Presidentes Santos y Humala para anunciarles mi iniciativa de pedir a la Unión Europea que se retire la exigencia de visado Schengen a sus nacionales. Los Estados Miembros de la Alianza del Pacífico deben recibir el mismo trato de la UE, sin discriminación. No se puede frenar con visados lo que el libre comercio fomenta. Los colombianos y los peruanos deben percibir que obtienen beneficios y reconocimiento por su apertura comercial, la seguridad jurídica, los esfuerzos, la perseverancia y los progresos de estos últimos años.
Quiero subrayar que el mismo éxito que le deseamos a la Alianza del Pacífico se lo deseamos a Mercosur. España viene impulsando un acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur desde hace muchos años. Seguiremos en este empeño. Hay que dar salidas e incorporar a todos los países que lo deseen, a sus industrias y a sus consumidores, en las cadenas globales de valor. Dentro de Mercosur, especial referencia merece Brasil, el otro eje fundamental de la política exterior de España en América Latina. Nuestra apuesta por la Alianza del Pacífico no merma ni un ápice la de Brasil dentro de Mercosur, que viene de años atrás. Brasil es el primer destino de la inversión de España en el mundo, con más de 66.000 millones de euros de inversión acumulada.
Para mi Gobierno, América Latina no es una mera cuestión retórica sino una renovada apuesta estratégica para posicionarnos con realismo en el siglo XXI. Quiero que esta convicción se manifieste con hechos concretos y que nuestros ciudadanos, tanto los de la Alianza del Pacífico como los españoles, sientan que gozan de mayor libertad de movimientos y emprendimiento, y las empresas de más oportunidades de generar prosperidad para todos.