La Segunda Apertura Económica en Colombia
La Segunda Apertura en Colombia
Hace veinte años el presidente César Gaviria retomó la iniciativa de su antecesor Virgilio Barco, y se decidió a abrir la economía Colombiana, una de las más cerradas de América Latina.
En efecto Alfonso López Michelsen cuando también fue presidente calificó a Colombia como el Tíbet de América Latina y el Banco Mundial en varias oportunidades señaló al país como el más cerrado del hemisferio.
Y era cierto: la economía Colombiana estaba cerrada con candado: seis impuestos de importación; licencia previa de importación; sello de reserva de carga y puertos públicos.
Además, al modelo cepalino de sustitución de importaciones se le añadió la creación de impuestos de importación departamentales, los cuales incidieron en que la industria se moviera desde las costas hacia el interior del país buscando tanto al consumidor como el no pago de tales impuestos.
La Colombia del futuro será bien distinta de la del pasado y se requerirá de mucha inteligencia y estrategia para hacer de esta realidad un buen negocio para el país
Con la primera apertura del presidente Gaviria, Colombia se integró a Venezuela y al Ecuador y Bogotá se convirtió en el epicentro entre Caracas y Quito y entre Medellín y Cali. Bogotá ganó participación en la actividad industrial en Colombia y se convirtió en su capital al pasar del 23% al 34% del PIB industrial del país.
Con la caída del mercado con Venezuela y la disminución de las exportaciones al Ecuador, el gobierno tomó la determinación de suscribir acuerdos de libre comercio con nuestros principales socios comerciales, es así como ya en este momento Colombia tiene en plena vigencia TLC suscritos con Estados Unidos, la Unión Europea (incluyendo España) Canadá y Suiza, entre otros.
Esta nueva realidad incidirá en que el eje de Colombia se mueva hacia las costas cuyas ciudades tanto en el Atlántico como en el Pacífico serán receptoras de nuevos negocios de industria y de logística incidiendo en que las ciudades interiores del país se especialicen en servicios y productos de alto valor agregado.
Expresado de otra forma, la Colombia del futuro será bien distinta de la Colombia del pasado y se requerirá de mucha inteligencia y estrategia para hacer de esta realidad un buen negocio para el país.