Brasil, Mercosur y la Unión Europea: la apertura como cuestión de supervivencia
Brasil y los países de la Unión Europea (UE) han compartido a lo largo de la historia una amistad estrecha y duradera que ha contribuido de manera decisiva al refuerzo de sus relaciones económicas y políticas. Aunque dichas relaciones se han desarrollado de manera más fructífera desde el intercambio de misiones diplomáticas en 1960, hay que reconocer que se habrían obtenido resultados mucho más positivos si Brasil, pendiente de los tropiezos del Mercosur y la necesidad de solidaridad con algunos países de esa zona, como Argentina y Venezuela, hubiera podido ahondar en los esfuerzos para desmantelar gradualmente las barreras comerciales con la UE.
Sin embargo, es importante reconocer que la posición brasileña se ha ido reajustando en los últimos tiempos, a través de propuestas aún no concluidas de un acuerdo que podría dar un nuevo dinamismo a los intercambios comerciales con la UE.
Es indiscutible que Brasil no puede permanecer indiferente ante una asociación comercial con 28 países europeos, que suman 508 millones de habitantes y un PIB de casi 12 billones de euros. La UE es un actor económico y comercial extraordinario a nivel mundial, siendo el principal exportador y el segundo mayor importador del mundo, con una participación del 20 %.
En 2013-2014, Brasil representó el 2,1 % del comercio total de la UE y fue su principal socio comercial en América Latina, con una participación del 21,4 %. La UE también es el mayor socio comercial de Brasil, con flujos del orden de 61900 millones de euros, equivalentes al 24,1 % de la corriente de comercio brasileña en 2014. Entre 2003 y 2013, los intercambios comerciales aumentaron a más del triple, hecho que confirma la importancia de las relaciones comerciales para ambas partes y la imperiosa conveniencia de llegar a un acuerdo que las dinamice todavía más.
Es indiscutible que Brasil no puede permanecer indiferente ante una asociación comercial con 28 países europeos, que suman 508 millones de habitantes y un PIB de casi 12 billones de euros
Además, la UE se ha convertido en el inversor extranjero más importante para la economía brasileña, con 131900 millones de euros, correspondientes al 49,2 % de las inversiones extranjeras totales registradas en el país en 2013. Brasil no puede seguir encadenado a compromisos con algunos países del Mercosur, como Argentina o Venezuela, que temen el desmantelamiento de las barreras de protección contra la competencia de la UE.
A día de hoy, la UE y Brasil se encuentran ante la perspectiva de una relación comercial provechosa, y es imperativo hacer todo lo necesario para superar los obstáculos. Las ya dinámicas relaciones económicas cuentan con un enorme potencial de expansión: además de las perspectivas de aumento del comercio, sobre todo con la expectativa de concluir las negociaciones de un acuerdo comercial entre el Mercosur y la UE, se espera que las inversiones recíprocas sigan en vía de expansión.
La ciencia, la tecnología, la sociedad de la información y los medios de comunicación son otros ámbitos en los que la cooperación en numerosos proyectos conjuntos es prometedora. El Documento Estratégico Brasil-UE ofreció un marco para la cooperación entre ambas partes durante el período 2007-2013 y supuso la aplicación de un total de 61000 millones de euros, destinados, en concreto, al desarrollo de diálogos sectoriales, programas de becas y medio ambiente.
Los temas principales del programa para el período 2014-2020 incluyen el multilateralismo efectivo, las cuestiones macroeconómicas, el transporte marítimo y aéreo, la cultura y la educación, el cambio climático, la energía sostenible, la lucha contra la pobreza, el proceso de integración del Mercosur y la prosperidad de América Latina. En el ámbito de la educación, casi la mitad de los becarios del Programa Ciencia sin Fronteras, del grado al posdoctorado, eligen como destino países de la UE para las áreas prioritarias del Programa.
Esta nueva relación sitúa a Brasil entre las principales prioridades de la UE, que podrán recibir un impulso aún más pronunciado con la aplicación del programa de acción UE-Brasil, así como con las iniciativas en el ámbito de la cooperación UE-Brasil-África-Caribe. Esta modalidad complementa la cooperación Sur-Sur, prioritaria para la política exterior brasileña, dado que fomenta el intercambio de experiencias sobre la gestión de los desafíos comunes a los países en desarrollo.
La última Cumbre Brasil-Unión Europea (Bruselas, 24/02/2014), la séptima en celebrarse, contribuyó a las negociaciones del Acuerdo de Asociación Birregional Mercosur-Unión Europea, dado que las partes, al más alto nivel político, reiteraron su disposición a alcanzar un acuerdo ambicioso, amplio y equilibrado. Cabe referir, asimismo, los debates sobre la gobernanza de Internet, asunto en el que Brasil y la UE han identificado convergencia en sus posiciones (defensa de un modelo multisectorial, democrático y de gobernanza transparente) y la percepción de que las tecnologías de la información y la comunicación pueden constituir una poderosa herramienta para el desarrollo.
Es imprescindible la correcta aplicación de las tres Cartas de Intención entre la Comisión Europea y Brasil, con vistas a facilitar los flujos turísticos entre Brasil y la UE, establecer un diálogo político estructurado sobre la política del espacio y conceder especial importancia a la cooperación científica entre el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Brasil.
Para ello, debe ejecutarse con prontitud y de forma adecuada el contrato de préstamo de 500 millones de euros para proyectos en energías renovables y eficiencia energética entre el Banco Europeo de Inversiones y el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES).
La Declaración Final de la VII Cumbre Brasil-UE realzó el principio de que la creciente competitividad, la innovación y el crecimiento económico no se plasmarán en resultados si no se refuerza la cooperación en ciencia y tecnología, especialmente en ciencias del mar, seguridad alimentaria, nutrición, agricultura sostenible, energía, nanotecnología e innovación tecnológica. Este diálogo encaja en el contexto de la Asociación Estratégica UE-Brasil, puesta en marcha en 2007, y puede considerarse un marco para las relaciones con Brasil en otros ámbitos, basadas en intereses comunes.
A pesar de los riesgos, Brasil y el Mercosur, de manera general, son conscientes de que la apertura es una cuestión de supervivencia
Para ello, Brasil debe dotar de una nueva dinámica a las negociaciones entre Mercosur y la UE, que buscan un acuerdo comercial pero que en la práctica se encuentran estancadas debido a las políticas de subvenciones y proteccionismo de los productos agrícolas. Aunque no se conozcan aún los detalles de la propuesta que desea presentar Brasil, junto con Argentina, Uruguay y Paraguay, parece prioritario avanzar en la dirección de un acuerdo de libre comercio con la UE.
La mayor resistencia a la evolución en ese sentido la ofrece Argentina, debido a la fragilidad de su economía y a la campaña en curso para las elecciones presidenciales de este año. Por ello, tal vez se imponga cambiar la norma que propone la unanimidad de todos los integrantes del bloque para concluir acuerdos. Los gobiernos de Brasil y Uruguay ya han dado señales de que estaban dispuestos a avanzar más rápido que su socio, que es, además, socio fundador. No obstante, los países europeos también temen abrir su mercado a la competencia de la agricultura brasileña (y tal vez Argentina).
A pesar de los riesgos, Brasil y el Mercosur, de manera general, son conscientes de que la apertura es una cuestión de supervivencia, considerando el avance de los acuerdos de libre comercio de otros países, como la Alianza del Pacífico o la Asociación Transatlántica entre los Estados Unidos y Europa.
La crisis económica en la región, con la reducción del precio de las materias primas, también es un factor que ha empujado al bloque sudamericano a adoptar una posición más firme en la búsqueda de nuevas asociaciones internacionales. Agotada la estrategia de crecimiento por el mercado, es necesario crecer a través de las exportaciones, con el apoyo de acuerdos comerciales, financieros y técnicos.