Hay que seguir intensificando las relaciones con nuestros aliados naturales
La Unión Europea (UE) y América Latina y el Caribe (ALC) son aliados naturales. Existen, desde siempre, lazos profundos históricos, culturales, religiosos, económicos y también sociales entre ambas regiones.
En las últimas décadas, la cooperación se ha desarrollado a nivel regional, subregional y bilateral tanto por medio de amplios acuerdos institucionales como mediante acciones específicas sectoriales.
Frente a desafíos globales como problemas de migración e integración, lucha contra el tráfico de drogas, acción por el clima (sobre todo en vista de la Conferencia de París sobre el Clima (COP21) en diciembre de 2015), y la Agenda para el desarrollo post-2015, una estrecha colaboración entre la UE y ALC es más que siempre necesaria.
En ocasión de la última Cumbre UE-Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) que tuvo lugar en junio de este año en Bruselas, ambos bloques acordaron de hecho aumentar la cooperación entre sí, para que se realice intercambios concretos y también han establecido una agenda para hacer frente a los desafíos comunes.
La Unión Europea (UE) y América Latina y el Caribe (ALC) son aliados naturales
La UE da mucha importancia a ALC, de hecho es el principal inversor extranjero en la región, con volúmenes de inversión extranjera directa (IED) que alcanzaron los 505700 millones de euros en 2013, más que la IED de la UE en Rusia, China e India juntos.
La UE ha concluido asimismo acuerdos comerciales con 26 de los 33 países miembros de la Celac, y hay, en este momento, una voluntad política muy fuerte para avanzar rápidamente en la modernización y puesta al día de los Acuerdos de Asociación con México y Chile, con miras a obtener Acuerdos actualizados, completos y equilibrados.
Pero hay que ir más allá, y eso a niveles comerciales, económicos y políticos. A nivel comercial se nota que todavía faltan países con acuerdos, me refiero al Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela), y Cuba y Bolivia que todavía no lo han hecho.
En relación con las negociaciones del Acuerdo de Asociación entre la UE y el Mercosur, espero que pronto se haga un intercambio de las ofertas negociadoras con el objetivo de lograr la celebración de un Acuerdo de Asociación.
Los acuerdos comerciales equilibrados ofrecen muchas posibilidades para el desarrollo y el crecimiento de un país, pero se puede igualmente alcanzar resultados concretos y rápidos con iniciativas políticas más pequeñas. Como comisario europeo responsable de Industria y Empresa desarrollé las “Misiones para el Crecimiento”. El objetivo era visitar un país con una delegación de emprendedores y mantener encuentros, tanto con altos funcionarios de los gobiernos como con empresarios, con el fin de lograr una mayor y más diversificada colaboración industrial con la UE. Llevé a cabo estas “Misiones para el Crecimiento” en casi la mitad de los países de América Latina y creo que puedo decir que fueron un gran suceso y han aportado resultados concretos con firmas de acuerdos de cooperación en varios sectores, como materias primas, Pymes, política espacial y turismo.
Hay que continuar con ese mismo impulso político. Creo que frente a desafíos comunes, y como aliados naturales, debemos hacer más. Es esencial que la UE y los países de la Celac refuercen sus relaciones comerciales recíprocas en el contexto de un mundo intensamente interconectado. No hay que olvidar que juntos, reunimos a sesenta y un países (casi una tercera parte de los miembros de las Naciones Unidas), ocho miembros del G20 y agrupamos a más de mil millones de personas (aproximadamente el 15,5 % de la población mundial). ¡Con posiciones comunes podemos mejorar las cosas!
En los últimos años hemos visto a nuevos actores tener un papel siempre más importante en ALC como China. Estoy convencido de que no hay que dejar América Latina a los chinos, como se hizo con África, esto porque las inversiones que están poniendo no van a fomentar necesariamente el desarrollo de la región. Los créditos que otorgan están atados a condiciones como por ejemplo en los trabajos de construcción donde deben participar en gran escala empresas chinas. Además los países que firmaron acuerdos comerciales con China se están dando cuenta que están desequilibrados y demasiados enfocados sobre las materias primas y nada más.
Estoy convencido de que no hay que dejar América Latina a los chinos
Creo que hay también una voluntad no solo política sino más bien de los pueblos de América Latina de tratar con nosotros los europeos y no con los chinos. Me acuerdo en particular de las manifestaciones en Nicaragua contra el canal interoceánico.
Tenemos que poner de nuevo el atención sobre nuestros aliados naturales que son los países de América Latina y del Caribe, en eso España y Portugal nos pueden ayudar como hicieron cuando entraron en la Unión Europea en el 1986 empujando para la intensificación de las relaciones entre la UE y ALC.
Ahora como vicepresidente del Parlamento Europeo responsable de las relaciones con América Latina y el Caribe y miembro de la Asamblea Parlamentaria Euro-latinoamericana (Eurolat) voy a seguir trabajando para desarrollar nuestros vínculos. En ese sentido, he presentado un documento ((http://www.europarl.europa.eu/intcoop/eurolat/committees/trade/meetings/2015_03_18_panama/comercio_es.pdf)) de trabajo sobre el estado de las relaciones entre la UE y ALC con motivo de la Cumbre de Eurolat en Panamá en febrero de este año.