LITIGIOS, Comunicación y Reputación
El contexto económico, social y político de los últimos años, especialmente en los países más afectados por la gran recesión, ha cambiado la relación existente entre las empresas y los ciudadanos. De una situación que podríamos denominar de “convivencia necesaria” entre el público y las corporaciones, hemos pasado a otra de “escrutinio permanente” sobre la actuación de las compañías en sus diferentes dimensiones: como generadoras de empleo, creadoras de valor para sus accionistas, motores de la innovación, transparencia, comportamiento ético o contribución a la sociedad.
En este sentido, los procesos judiciales en los que se vea inmersa cualquier compañía pueden generar una ruptura importante en la confianza existente entre sus distintos stakeholders. El riesgo de que se ponga en tela de juicio la reputación de una organización cuando se ve involucrada en un proceso judicial es cada vez más evidente. Y en esta consideración, se tendrá que tener especialmente en cuenta a aquellos procesos que, debido a su propia naturaleza –por ejemplo, porque entren dentro del ámbito de lo penal–, generen un mayor interés mediático. Este tipo de procesos suelen originar una mayor notoriedad y un alto nivel de conversación sobre el mismo, dando cabida a la proliferación de todo tipo de opiniones. Si bien es cierto que hace ya unos años la repercusión mediática de un proceso judicial podía poner en jaque cuestiones fundamentales como la presunción de inocencia o el secreto de sumario, la revolución digital y la socialización de la información han hecho que este impacto se haya multiplicado.
Los procesos judiciales en los que se vea inmersa cualquier compañía pueden generar una ruptura importante en la confianza existente entre sus distintos stakeholders
Ante esta creciente complejidad del mercado y la incertidumbre que genera su evolución, las compañías son cada vez más conscientes de la posibilidad de convertirse en el foco de atención social cuando se enfrentan a este tipo de situaciones.
Este número de UNO recoge esa creciente preocupación que se ha generado en el mundo empresarial y las claves para gestionar la reputación tanto de personas físicas como jurídicas cuando se enfrentan a un litigio. Además, hemos querido que UNO#22 sea un espacio que presente y aúne los puntos de vista de las distintas partes que intervienen en la conformación de la opinión pública durante procesos judiciales: los jueces, como máximos garantes de la ley; los abogados, como defensores de los intereses legítimos de cada parte; los directores de comunicación, en su labor de transmitir a los públicos de interés el punto de vista de la compañía y sus directivos; los consultores de comunicación, que aconsejan y asesoran la estrategia de comunicación a seguir para minimizar el impacto en la reputación; y los periodistas, en su función de transmitir información actual y de interés para sus lectores. Todos ellos con intereses y criterios que pueden ser, en ocasiones, contrapuestos.