Alto impacto, tecnología y las claves del éxito en la era de la transformación digital
Aún hoy, mientras estamos viviendo, sin duda, la cuarta revolución industrial, hay quienes perciben al mundo dividido en dos: un mundo fuera de línea (offline) y otro conectado (online). La realidad es que hoy más que nunca, vivimos en un mundo digital. Esto es algo que las nuevas generaciones entienden perfectamente: ¡La era digital llegó para quedarse!
La tecnología ha revolucionado la forma de consumir, de comunicarnos, la forma en que pensamos y trabajamos y ha transformado radicalmente la manera en la que hacemos negocios. Esto es evidente en las soluciones que ofrecen los Emprendedores Endeavor que apoyamos y en la forma en la que están transformando las industrias en las que participan.
La transformación digital ha democratizado por completo el acceso a la información, a los conocimientos, a la data; abriendo para los emprendedores todo un abanico de posibilidades
Hoy, aproximadamente el 60 % de los emprendimientos que pueden pasar por el proceso de selección de Endeavor Miami, son empresas netamente digitales. No obstante, el 40 % restante son compañías inmersas en industrias tradicionales que encuentran en la tecnología un gran aliado para mantenerse relevantes. Es evidente que la tecnología se ha convertido en un factor determinante en el éxito o fracaso de la mayoría de los emprendimientos.
LA DEMOCRATIZACIÓN DEL ACCESO
La transformación digital ha democratizado por completo el acceso a la información, a los conocimientos, a la data; abriendo para los emprendedores todo un abanico de posibilidades para acceder de manera directa y con conocimiento de causa a mercados y consumidores sin las barreras que suponen el tiempo y el espacio. La DEMOCRATIZACIÓN del acceso, es sin lugar a dudas, el beneficio más importante y transformacional que tiene el uso de la tecnología en esta era.
De igual forma, la tecnología –por medio de herramientas como las plataformas de crowdfunding–, ha impulsado el acceso al capital y hoy los emprendedores pueden levantar fondos de manera más ágil y diversa. Se han roto los canales tradicionales y es posible obtener financiamiento de fuentes antes no imaginadas, multiplicando las oportunidades de poder crecer. Asimismo la tecnología le permite al inversionista acceder a proyectos que en otros momentos no hubiera podido evaluar, incluso con montos relativamente pequeños de capital.
LAS VENTAJAS DE PROBAR Y FALLAR RÁPIDO
Definitivamente, en el contexto actual, hacer crecer una empresa y mantenerla vigente, toma más esfuerzo y requiere mucho más conexión con el mundo que antes. Sin embargo, la buena noticia es que fallar ha dejado de ser “trágico”, matizado claramente por el ámbito cultural que rodea al emprendedor.
La tecnología ha reducido las barreras de entrada para el que desea emprender porque permite a los nuevos emprendedores validar la relevancia de sus productos o servicios de una forma más rápida y menos costosa que antaño. El acceso a canales sociales, sitios web y tantas otras herramientas tecnológicas, ha facilitado enormemente el poder hacer pruebas de mercado para saber si un producto tiene demanda o no.
En un mundo donde la rapidez es ley, el fracaso puede llegar más rápido también. Ante el frecuente cambio y la competencia, el riesgo de fallar es más alto, y éste se puede acrecentar cuando se trata de empresas 100 % digitales. Así que reponerse de las caídas y comenzar de nuevo, no es algo extraño para los emprendedores.
Por otro lado, las posibilidades de crecer y generar retorno en lo invertido –el upside potential– son mayores también. Existe el riesgo, sin duda, pero si la ejecución es buena, se tiene la capacidad de lograr el éxito en un tiempo mucho menor al que tuvieron que pasar los grandes corporativos de hoy para desarrollarse.
ESTAR PRESENTE NO ES SUFICIENTE
Uno de los errores más comunes que los emprendedores cometen cuando piensan en tecnología, es considerar que estar presentes lo es todo. No es así, hay que saber en dónde y cómo invertir. Lo resumiría en tres elementos claves:
1. Tener una estrategia clara: La tecnología es una inversión y se debe de evaluar como tal. Qué queremos lograr y cómo lo mediremos, es algo que resulta necesario plantearse antes de comenzar un proceso tecnológico o elegir una herramienta.
2. Saber elegir las herramientas adecuadas: Con la gran variedad de herramientas que existen en el mercado, conocerlas y seleccionar las mejores para cada caso resulta todo un reto. Si bien, hay herramientas relativamente fáciles de reemplazar, el tema se complica cuando se trata de evaluar aquellas que se utilizan internamente (por ejemplo, herramientas de gestión de clientes), y que pueden involucrar grandes inversiones para un emprendedor que está en rápido crecimiento. Por lo tanto, el análisis previo es fundamental. El secreto es saber diferenciar entre las herramientas de “moda” y las que mantienen a las compañías a la vanguardia.
3. Una buena ejecución: El ejemplo perfecto está en los canales de las redes sociales (social media). Crearlos puede resultar sencillo pero hacerlo en las plataformas adecuadas, mantenerlos, medir los resultados y optimizarlos, implica un esfuerzo sostenido, una ejecución comprometida.
En esta línea, herramientas de análisis de mercado y competencia, gestión de redes, diseño y analítica de data, no pueden faltar en el mix tecnológico de los emprendedores.
LA TECNOLOGÍA NO LO ES TODO
Para generar un negocio, es necesario reunir diferentes elementos, donde el entendimiento de la tecnología es sólo uno de ellos. Por eso, los emprendimientos exitosos son aquellos que logran integrar la tecnología o potenciarla sin olvidarse de las demás partes del negocio.
Un emprendedor puede ser magnífico tecnológicamente hablando, un as en desarrollo de producto, pero no podrá tener éxito sin un buen aparato de ventas, mercadotecnia, acceso, administración y servicio al cliente. No basta con ser bueno tecnológicamente, para escalar se necesita un equipo diverso, así se trate de una empresa digital o tradicional.
Mantener la vigencia sin morir en el intento: el gran reto
Nunca antes el mundo se había movido de manera tan acelerada, hoy las cosas suceden a un ritmo que mantenerse al día y avanzar al tiempo, es todo un desafío. Para las compañías, la innovación ha dejado de ser un valor agregado para convertirse en un elemento imprescindible.
Los emprendimientos exitosos son aquellos que logran integrar la tecnología o potenciarla sin olvidarse de las demás partes del negocio
Tal como lo sugiere Salim Ismail en su libro Exponential Organizations, antes se solía proyectar el crecimiento de una empresa de forma lineal. Hoy se debe entender que las organizaciones que logran crecer de manera exponencial van siempre delante de la curva de crecimiento. El emprendedor está obligado a pensar siempre en materia de dicha curva; en cómo podrían cambiar los escenarios a los que se enfrenta; qué innovaciones pueden irrumpir en su campo de acción; qué está haciendo la competencia y cómo aprovechar todo eso para innovar. La presión por educarse, innovar y transformarse conforme el mundo cambia es sumamente alta.
Es decir, la tecnología en este contexto puede ser un arma de dos filos: en un primer momento brinda un acceso inmediato a mercados y herramientas pero a mediano y largo plazo significa encontrar la fórmula para crecer y mantenerse relevante en un ambiente que cambia todos los días.
Un punto final a resaltar es que en esta era de alta innovación, la tecnología bien utilizada brinda también la oportunidad de hacer cambios importantes en beneficio de nuestras comunidades y del mundo; nos permite impactar de forma significativa a través del emprendimiento y por ello, es fundamental observarla, pensando en cómo aportar, cómo sumar.