Tendencias de la nueva economía, paradigmas en la era digital
Desde hace varios años se vienen desarrollando conceptos como el de Sociedad de la Información y el Conocimiento y se ha planteado que las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs) juegan un papel estelar en el proceso de transformación de los modelos económicos y sociales de nuestras sociedades. Por esto me he planteado una serie de preguntas que, entiendo, deberían estar en el centro de la agenda política de nuestros países: ¿Cuál es el país que queremos? ¿Cuáles son los sectores de la economía donde debemos enfocarnos? ¿Cuál debe ser el mapa de ruta de las tecnologías en nuestros países para transformar los sectores de la economía, para prepararnos para la competitividad global? ¿Por qué no surge un Steve Jobs o un Mark Zuckerberg o un Bill Gates en República Dominicana, Colombia, Argentina, o cualquier otro país de América Latina?
Se trata de preguntas fundamentales, que deberían estar en el centro del análisis político y empresarial de nuestros territorios, porque estamos viviendo en la economía global del conocimiento, en la que los países que más se desarrollan –y que logran mayor fortalecimiento institucional, crecimiento económico sostenido y mayor equidad e inclusión social– son los que producen jóvenes emprendedores e innovaciones tecnológicas.
Hoy en día, nuestra prosperidad depende cada vez menos de los recursos naturales y cada vez más de los sistemas educativos, de los emprendimientos, de la evolución de nuestras locomotoras económicas
Hoy en día, nuestra prosperidad depende cada vez menos de los recursos naturales y cada vez más de los sistemas educativos, de los emprendimientos, de la evolución de nuestras locomotoras económicas a la par con las megatendencias y sus innovaciones. Podemos observar cómo los países más exitosos no son necesariamente los que tienen más petróleo, o más oro, cobre o soja, sino los que han logrado desarrollar su capital humano y exportan servicios y productos con mayor valor agregado.
No es casualidad que, al momento de escribir estas líneas, ya hemos iniciado un proceso de transformación radical en el que de los aproximadamente 8 billones de pobladores del mundo más de un 40 % somos usuarios activos de Internet, la edad promedio en el planeta es 25 años, la inflación se registra en el precio de todo menos en el de la tecnología, los dispositivos móviles están reemplazando al resto, donde cada vez serán más los aparatos conectados a Internet… (el “Internet de todo”), en el que hablamos de unos 80 billones de dispositivos conectados, 10 dispositivos por hogar, 500 de promedio por km. cuadrado, el dinero se vuelve completamente digital, infinitamente transferible y libre, todo está conectado con todo- el Internet de las cosas… Esto impacta directamente en todas las industrias, las locomotoras económicas de nuestros países, ¿cuáles son los efectos? Evolucionar o morir.
Hoy observamos cómo el concepto de economía compartida empieza a cambiar el paradigma, y vemos cómo a través de las tecnologías se logra mayor eficiencia en la productividad, y se inicia la búsqueda del costo marginal cero cuando producir la siguiente pieza cuesta mucho menos, observamos el impacto de las TICs en la agricultura, la ganadería, las industrias, la democratización de la educación a través de la oferta masiva de cursos y contenidos en línea, la democratización de la salud apoyada en el megadata, historias clínicas y dispositivos corporales conectados a Internet, diagnósticos y tratamientos a distancia…
La evolución del transporte de personas y distribución se refleja en el intercambio de servicios a través de plataformas inteligentes como UBER, AIRBNB, RESPIRO (compartición de vehículos), acceso por plataformas a préstamos y financiamientos con costos cero en el estudio, permitiendo reducción del riesgo y la baja de tasas, la eficiencia logística, eliminación de sitios físicos para venta e intercambio, como es el caso de Amazon.
No podemos dejar de tomar en cuenta la utilización del megadata para la identificación de patrones de comportamiento y segmentos en toda la economía, el impacto de la inteligencia artificial en los diferentes segmentos. Foxconn, el mayor fabricante de iPhones, anunció la implementación de un millón de robots en los próximos tres años para reducir en un 60 % su fuerza laboral.
El concepto disruptivo del Cloud Computing implica sustituir altas inversiones de capital por costos operativos razonables, que a su vez habilitan a las empresas y gobiernos con capacidades tecnológicas equivalentes que les permitan competir en igualdad de condiciones. Es la conversión de los recursos de cómputos y plataformas tecnológicas en una utilidad. Tal como hoy contratamos el servicio de luz o agua, estamos llamados a contratar capacidades tecnológicas como servicio que nos facilita lograr eficiencias, seguridad, escalabilidad e integración rápida.
Toda esta revolución tecnológica y el impacto de las megatendencias en nuestras economías vienen acompañados de grandes retos pues, a pesar de que en muchos de nuestros países exhibimos estadísticas que reflejan un gran desarrollo en el acceso a los servicios de telecomunicaciones, existen ciertas limitaciones que evidencian una brecha digital que se manifiesta con diversos síntomas: disponibilidad limitada de infraestructura de acceso para los servicios de telecomunicaciones de banda ancha en ciertas comunidades, contrastando con otras que disponen de todas las formas de acceso; falta de los equipos necesarios en muchos hogares, planteles escolares y sitios de trabajo para que los usuarios puedan hacer un uso efectivo de los servicios de telecomunicaciones; barreras económicas que limitan a los niveles de más escasos recursos las posibilidades de pago de los servicios básicos de telecomunicaciones; y, tal vez lo más sensible, la falta del nivel educacional necesario para que se haga un “uso con sentido” de las TICs mediante la apropiación de la tecnología como vehículo de Desarrollo Humano y Competitividad.
Toda esta revolución tecnológica y el impacto de las megatendencias en nuestras economías vienen acompañados de grandes retos
En función de lo anterior, y tomando como punto de partida que ya no es una ficción de las caricaturas de los supersónicos, sino una realidad el hecho de contar con impresoras 3D que fabrican zapatos, autos sin conductor, drones que reparten pizza, el big data como el oro del siglo XXI, súper computadoras que prescriben medicinas y el famoso “Internet de las Cosas” parte de nuestro presente, es necesario aceptar que es una necesidad básica e impostergable para nuestros países ofrecer acceso a las tecnologías a todos y todas, en especial a las poblaciones menos favorecidas, y este acceso debe ir acompañado de la educación apropiada para generar oportunidades reales de inclusión y competitividad que permitan colaborar con el cierre de una brecha que, más que digital, es una brecha social.
He escuchado de varias personas exitosas, y coincido en ello, que el secreto de las sociedades exitosas es su gente. Entonces, si el secreto radica en el talento humano más que en los recursos o incentivos económicos, nuestros países, donde están floreciendo nichos de creatividad, tienen una oportunidad interesante de estar entre los líderes de la innovación en el mundo del futuro si fomentamos generaciones educadas y cultas y alimentamos mentes creativas y brillantes para construir sociedades innovadoras e inclusivas.