Cuba y España miran al futuro y refuerzan vínculos
Las reformas que el presidente Raúl Castro está impulsando en Cuba concitan un gran interés internacional, y sin duda en España, por nuestra historia y tradiciones compartidas, por la profundidad de las relaciones actuales y por la voluntad española de reforzarlas cara al futuro. Algunas de esas reformas son bien conocidas y avanzan a buen ritmo, otras están sometidas a debate e interrogantes.
La normalización diplomática se va consolidando, tras sucesivos hitos de gran repercusión simbólica y práctica. La negociación de un acuerdo de diálogo político y cooperación entre Cuba y la UE concluyó con éxito, su texto fue rubricado en La Habana ante la Alta Representante Federica Mogherini, y se trabaja para que en breve pueda entrar en vigor provisionalmente. El restablecimiento de relaciones diplomáticas con EE. UU., con la apertura respectiva de embajadas y la reciente visita del presidente Obama a la isla, recibió la máxima atención mediática, y permitió la apertura de diversas mesas negociadoras sectoriales y un flujo bilateral permanente de visitas de alto rango. La finalización de la negociación con el Grupo de Acreedores de Cuba, en el Club de París, sobre la deuda a medio y largo plazo, generó un nuevo panorama, muy positivo, en el ámbito financiero y crediticio. Las visitas internacionales de alto nivel a La Habana se han multiplicado en el último año y medio (seis a nivel ministerial desde España, incluyendo al Ministro García-Margallo en dos ocasiones y a todo nuestro gabinete económico).
En el campo económico, las reformas se centran en la construcción de un “socialismo próspero y sostenible” cuya definición final vendrá reflejada en el documento sobre conceptualización del modelo, aprobado en una primera versión en el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba y discutido ahora en diversas instancias del poder popular. Sí sabemos que el proceso pasará por un reforzamiento, en base a nuevas pautas, de la empresa estatal, una apertura de espacios para el cuentapropismo y las pequeñas y medianas empresas locales, un mayor papel para la inversión extranjera (según las previsiones del decreto ley 313/2013 de la Zona Especial de Desarrollo Mariel y la nueva ley 118/2014 de la Inversión Extranjera), y la unificación monetaria, aún sin fecha y formato final.
Las reformas que el presidente Raúl Castro está impulsando en Cuba concitan un gran interés en España, por nuestra historia y tradiciones compartidas, por la profundidad de las relaciones actuales y por la voluntad española de reforzarlas cara al futuro
En cuanto a las reformas políticas, poco concreto se ha hecho público. Han de encuadrarse en el relevo en la Presidencia de los Consejos de Estado y de Ministros, a raíz de la retirada del presidente Castro tras sus dos mandatos, en febrero de 2018, y en anunciadas, y no explícitas, reformas de la Constitución, de la ley electoral y de asociaciones y de la composición de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
España ha trabajado con ahínco en estos años para ampliar nuestra presencia en Cuba y colaborar en reformas que apuntan a la construcción de una Cuba mejor. Lo hemos hecho con todos nuestros medios: visitas institucionales, programas de cooperación para el desarrollo, estrechamiento de vínculos culturales, apoyo a nuestras empresas y apertura de créditos, ayudas sociales para el colectivo hispano–cubano, respaldo constante a la interlocución de Cuba con la Unión Europea… Continúa el estudio de los expedientes de solicitud de nuestra nacionalidad de los cubanos de origen español, que ya ostentan 140.000 de ellos, cifra que se doblará al acabar todo el proceso; también existe un amplio colectivo de cubanos residentes en España, lo que genera a ambos países vínculos fraternales y responsabilidades de colaboración consular.
Creemos que, como tercer socio comercial de Cuba y primer inversor turístico, con una amplia red de empresas de todos los tamaños presentes desde hace décadas en el país, debemos hacer un especial esfuerzo en el relanzamiento de su economía. De ahí que ambos países negociáramos con éxito la deuda bilateral, a corto, medio y largo plazo, que ascendía en total a 2.444 millones de euros, de los cuales fueron condonados 1.978 (con 415 se nutrirán dos fondos de contravalor que permitirán la financiación de proyectos de interés conjunto) y reestructurado el resto, con el ánimo de estimular el crecimiento y la productividad.
Las relaciones bilaterales no pasan solo por lo gubernamental. Comunidades autónomas y ayuntamientos, universidades, empresas, fundaciones, colegios profesionales, colectivos artísticos, asociaciones deportivas y religiosas, sociedades regionales… asumen que el entramado bilateral debe también ganar en densidad y riqueza gracias a su implicación.
Creemos que, como tercer socio comercial de Cuba y primer inversor turístico, con una amplia red de empresas de todos los tamaños presentes desde hace décadas en el país, debemos hacer un especial esfuerzo en el relanzamiento de su economía
Seguimos con expectación ante el curso de los acontecimientos. Leímos con interés el discurso del presidente Castro, el pasado 8 de julio, ante la Asamblea Nacional, explicando que la economía cubana se enfrenta coyuntural y transitoriamente a dificultades, por disminución de los ingresos por exportación, caída en precios de rubros internacionales y afectaciones en las relaciones de cooperación con Venezuela y otros países, e insistiendo a la vez en el cumplimiento de los compromisos de pago de deuda internacional y en la resolución de atrasos en algunos pagos corrientes a proveedores. Mantenemos en todo momento una voluntad franca de negociación y exploración de nuevas vías de amistad y colaboración de beneficio mutuo para nuestros dos países.
