Más actores, más voces: los think tanks en la relación México-Cuba
Más de 50 años han pasado desde la instauración del Partido Comunista de Cuba (PCC) como la única entidad política que ha diseñado e implementado el proyecto de nación en ese país. La situación económica cubana en un contexto global muy distinto al de la década de 1960, ha empujado al PCC en los últimos años a formular un plan para “actualizar y perfeccionar” su modelo económico y social ((Editorial Granma. Un Debate por el Futuro de Cuba. 2016. http://bit.ly/2964Qa5 )).
Bajo el liderazgo de Raúl Castro se han dado las mayores señales de cambio en el régimen, con nuevas disposiciones económicas y políticas. En este sentido, se han otorgado, por ejemplo, pequeños préstamos para reparaciones en el hogar; se legalizó la compra-venta de automóviles ((Cuba Debate. Cuba autoriza compra-venta de autos. 2011 http://bit.ly/29gM67Z)) y viviendas entre particulares ((Embajada de Cuba en Venezuela. Nueva ley de compraventa de viviendas en Cuba. 2011. http://bit.ly/29ebwpC)) y se incrementó la emisión de licencias de autoempleo ((El Nuevo Herald. Cuba publica reglas para nuevos trabajadores independientes. 2011. http://hrld.us/294bfVv)). Destacan además los planes de legalización de las PyMES cubanas ((El País. Cuba anuncia que legalizará las pymes. 2016. http://bit.ly/1TCvZlm)) y la creación de una Ley de Inversión Extranjera Directa (IED) (2014) ((Cuba Debate. ¿Qué dice la nueva Ley de Inversión Extranjera en Cuba? 2014. http://bit.ly/1TCvZlm)) y Zonas Económicas Especiales (2013) ((Cámara de Comercio de la República de Cuba. Zona Especial de Desarrollo Mariel. 2013. http://bit.ly/293M813)) para el desarrollo de sectores calificados como complementarios de la economía. Todas estas medidas han despertado cierto grado de interés entre inversionistas globales.
El renovado diálogo binacional que lidera el gobierno de México –quien ha ofrecido apoyar las transformaciones que se decidan en Cuba–, ha interesado a los empresarios mexicanos
El perfeccionamiento del socialismo, como es conceptualizado por los líderes cubanos, también ha dado señales de cambio en la política exterior. Uno de los virajes de mayor impacto fue la renovación de la relación de Cuba con Norteamérica. Por un lado, durante la visita de Estado de Raúl Castro a México en noviembre de 2013, se relanzó la relación entre ambos países y el líder cubano anunció –de manera sorpresiva– su dimisión de la Presidencia en febrero de 2018 ((Diario de Cuba. Raúl Castro abandonará el poder el 24 de febrero de 2018, dice en México. 2015. http://bit.ly/29cdMMF)). Por el otro, Cuba restableció relaciones diplomáticas con Estados Unidos, hecho que permitió, entre otras acciones, la reapertura recíproca de sus Embajadas y la eliminación de la nación caribeña de la lista de países patrocinadores del terrorismo.
A nivel interno, se ha permitido la liberación de algunos presos políticos y la prohibición de toda forma de discriminación (e.g. raza, preferencia sexual, etc.) para la contratación de ciudadanos cubanos en empresas y/u organismos estatales. En el marco del séptimo congreso del PCC del abril pasado, el presidente Castro mencionó que para 2017 serían establecidos límites de edad en los cargos directivos del partido ((Castro, Raúl. Informe Central al VII Congreso del Partido Comunista Cuba. 2016. http://bit.ly/28MVx2c)). Por otro lado, entre las modificaciones al sector telecomunicaciones se encuentra la autorización a los ciudadanos cubanos a adquirir teléfonos celulares (2008) ((Cuba Debate. ¿Cómo andan los Servicios de Telecomunicaciones en Cuba? 2013. http://bit.ly/299o2Vo)) y la instalación, principalmente en plazas y parques públicos, de hotspots inalámbricos en diversas ciudades del país ((ETECSA. Implementa ETECSA zonas Wi-Fi públicas para acceso a Internet.http://bit.ly/1LybjYg)).
Más allá de cualquier inclinación o retórica ideológica y frente a las recientes transformaciones económicas, sociales y políticas iniciadas en Cuba, los think tanks se muestran como un vehículo idóneo para consagrar los objetivos de las políticas gubernamentales
El renovado diálogo binacional que lidera el gobierno de México –quien ha ofrecido apoyar las transformaciones que se decidan en Cuba ((Presidencia de la República. 10 Datos sobre la relación México-Cuba. 2015. http://bit.ly/291HXSN))–, ha interesado a los empresarios mexicanos. Existen oportunidades para aumentar la colaboración política y la presencia de inversiones. Sin embargo, también se abre una oportunidad tangible para ampliar la relación bilateral hacia la esfera social que emerja ab intra, donde think tanks mexicanos puedan compartir su experiencia en la discusión de temas relevantes con sus interlocutores cubanos.
Hoy en día, la sociedad civil organizada alrededor del mundo cumple funciones complementarias a la labor del Estado con el objetivo último de maximizar el alcance e impacto de las políticas públicas en beneficio del desarrollo. La sociedad civil organizada mexicana –en la forma de think tanks y otras organizaciones activistas– ha adquirido un protagonismo cada vez mayor en el debate e implementación de políticas en temas como la igualdad de género, la participación ciudadana, transparencia y rendición de cuentas, el emprendimiento social y el cambio climático; en los que el país es considerado incluso líder regional y global.
En México, los think tanks han impulsado, por ejemplo, una transformación en la concepción del término de igualdad de género, cuya agenda evolucionó de la mera promoción de derechos hacia la exigencia de diseñar e implementar políticas públicas que garanticen la igualdad. En este contexto, las organizaciones civiles mexicanas han advertido el poder catalizador de la diversidad y la equidad tanto en los niveles de innovación como de competitividad. La oportunidad de colaboración social México-Cuba radica en que, en este respecto, Cuba posee legislación de gran calado que tiene la posibilidad de ampliar su campo de acción y aplicación con la participación de la sociedad civil organizada.
Del mismo modo, el diálogo entre think tanks y organizaciones civiles de ambos países puede ser provechoso en los ámbitos de emprendimiento social para el fomento de la innovación, el talento y la creatividad; cambio climático, cuyo alcance e impacto es global y; desarrollo de capital humano, que acompañe las nuevas políticas económicas cubanas, por mencionar sólo algunas instancias de colaboración entre sociedades.
Más allá de cualquier inclinación o retórica ideológica y frente a las recientes transformaciones económicas, sociales y políticas iniciadas en Cuba, los think tanks se muestran como un vehículo idóneo para consagrar los objetivos de las políticas gubernamentales por razones muy claras: generan conocimiento público, fomentan las buenas prácticas y fortalecen la participación de la ciudadanía en los problemas que les son comunes.
Además de compartir un área geográfica y poseer objetivos comunes frente a los problemas globales actuales, México y Cuba se encuentran en el momento preciso para perfeccionar su relación de más de 100 años, esta vez incluyendo el brazo social, indispensable para asegurar que los objetivos últimos de desarrollo económico y bienestar sean alcanzados.
*Las opiniones de los directivos y Asociados de COMEXI no refleja una postura institucional. Las afirmaciones individuales son responsabilidad de quienes las suscriben.
