La construcción de ciudad, responsabilidad de todos
En América Latina, Bogotá se ubica como la cuarta ciudad en los indicadores de atracción de inversión y calidad de la oferta educativa para la formación del talento humano; asimismo, es la quinta entre las mejores ciudades para hacer negocios. En el contexto nacional aporta el 25 % del PIB y el 20 % del empleo; tiene el ingreso per cápita más alto entre las regiones no mineras; registra las tasas de pobreza total y de pobreza extrema más bajas del país y es además la primera región en competitividad del país, según el Consejo Privado de Competitividad.
Pero como todas las ciudades grandes, afronta agudos problemas. El crecimiento poblacional se dio de manera desordenada, y la respuesta de la ciudad no siempre obedeció a una planeación adecuada. Esto la convierte en una ciudad urgida de consensos, de pertenencia y de puntos de encuentro entre ciudadanos, empresarios, académicos, gobernantes y otras organizaciones que con sus acciones, comportamientos y actitudes en gran parte determinan su destino.
Es necesario participar activamente e incidir en la construcción de las políticas públicas, proponiendo, haciendo gestión y en algunos casos seguimiento, todo buscando el bien común
Está ampliamente demostrado en el mundo, que la responsabilidad del desarrollo de la ciudad está lejos de ser una tarea exclusiva de la administración de turno y que sólo una efectiva y sostenida articulación de la academia, la ciudadanía, los sectores privado, público y el tercer sector, logran impactos sostenibles ante semejante desafío.
En el caso de la participación del sector privado, este esquema ya está inventado y funciona desde hace décadas en ciudades como Londres, Chicago, Barcelona, Nueva York e incluso Medellín. En Bogotá los empresarios también entendieron que su aporte en la construcción de la ciudad es muy importante y que va más allá de la generación de empleo o del desarrollo económico resultado de sus actividades empresariales. Hoy se tiene la conciencia de que es necesario participar activamente e incidir en la construcción de las políticas públicas, proponiendo, haciendo gestión y en algunos casos seguimiento, todo buscando el bien común.
Pero, si bien los sectores público y privado hacen su parte, sacar adelante los grandes proyectos de Bogotá, la ciudadanía también debe que aportar: desde demostrar con su comportamiento el compromiso de construir una ciudad más amable y moderna, hasta exigirle a los gobernantes transparencia y cuentas por la implementación de las políticas.
La encuesta “Así Vive y Piensa Bogotá Región”, realizada por ProBogotá, nos mostró un panorama preocupante que es necesario cambiar: resultó sorprendente el bajo nivel de compromiso de los ciudadanos y lo poco que estamos dispuestos a hacer los bogotanos por nuestra ciudad para ayudar a mejorarla. Entre otros resultados, reveló que el principal compromiso que estarían dispuestos a hacer los ciudadanos es no botar basura en la calle con un 48 %, -algo que ya debería ser un comportamiento natural- seguido de reciclar con un 14 %. Temas como ser un buen peatón, respetar las normas, participar activamente en las elecciones y pagar impuestos no aparecen dentro de los compromisos “prioritarios” que todo buen ciudadano haría por la ciudad.
Otro de los resultados es que la mayoría de los ciudadanos encuestados no recuerdan por quien votaron para la alcaldía y mucho menos para el concejo, y que las personas que votaron por el candidato electo no le hacen seguimiento ni están enterados de su gestión. Esto quiere decir que los ciudadanos de Bogotá se quejan pero no participan ni se involucran realmente en los temas de la ciudad.
Le apostamos a la recuperacion de la cultura ciudadana, con la que buscamos renovar el sentido de pertenencia, el amor por la ciudad y que los capitalinos nos comprometamos con acciones concretas para ser mejores ciudadanos
Bogotá reclama y merece un mayor interés por parte de sus ciudadanos. Es por eso que desde ProBogotá le apostamos a la recuperación de la cultura ciudadana, con la que buscamos renovar el sentido de pertenencia, el amor por la ciudad y que los capitalinos nos comprometamos con acciones concretas para ser mejores ciudadanos. Si todos nos comprometemos con la ciudad y realizamos pequeños cambios podremos comenzar a generar una gran transformación en nuestra ciudad.
Para hacer realidad la ciudad que todos imaginamos, una capital amable, pujante, ordenada y conectada, hay que trabajar conjuntamente, impulsando una agenda común de largo plazo que facilite la alineación de esfuerzos de todos los sectores en beneficio de la ciudad. Ese es nuestro compromiso.