UNO Julio 2020

La NUEVA RELACIÓN entre EMPRESA y CIUDADANÍA: el PROPÓSITO COMPARTIDO

El sueño de la colaboración entre empresas e instituciones públicas, empieza a hacerse realidad. El pasado 3 de junio, el Foro Económico Mundial1 (WEF) emitía un comunicado promoviendo la idea de un “gran reinicio” tras el duro impacto económico producido por el coronavirus. “Muchas empresas han intensificado las medidas para ayudar a sus trabajadores, clientes y comunidades locales en lo que constituye un cambio hacia el tipo de capitalismo de los stakeholders. Para ello se requiere un nivel de cooperación y ambición sin precedentes, pero no es un sueño imposible”, señalaba el WEF.

Desde hace una década, el panorama empresarial está inmerso en un cambio de paradigma para hacer frente a grandes transformaciones, como la digital o la llamada transición ecológica. Recientemente, los líderes empresariales han emitido declaraciones comprometiéndose a impulsar un nuevo modelo de gestión empresarial guiado por un propósito corporativo: una perspectiva del impacto social a largo plazo de las empresas, integradora de las expectativas de sus grupos de interés, capaz de inspirar a la organización y de crear un mensaje que trasciende los conceptos de misión, visión y valores corporativos.

“La magnitud de los retos está priorizando la capacidad de colaborar de las empresas con las instituciones públicas y académicas para dar solución a los problemas globales”

La imprevisible y profunda crisis provocada por el coronavirus ha puesto a los líderes posiblemente frente al mayor desafío económico y social de toda su vida. Y está forzando a una reflexión de urgencia: ¿es necesario redefinir el propósito?

Del propósito al propósito compartido

La magnitud de los retos a los que nos enfrentamos está priorizando la capacidad de colaborar de las empresas con las instituciones públicas y académicas para dar solución a los problemas globales más urgentes, comenzando por la protección de la salud y el bienestar, la recuperación económica y el mantenimiento del empleo, consolidando los objetivos de la lucha contra la pobreza y el cambio climático.

Esta conciencia de colaborar es la base para ampliar el propósito tal y como lo conocemos ahora y llevarlo a un nivel superior: el propósito compartido. El propósito compartido implica no sólo el hecho instrumental de la colaboración entre diversas instituciones y stakeholders con una meta común; implica, sobre todo, una mirada desde la empresa al ciudadano. El propósito compartido busca solucionar un problema específico de la ciudadanía, no sólo integrar las expectativas de los grupos de interés de la empresa.

Un buen ejemplo de propósito compartido en el ámbito de la salud y la lucha contra la pobreza es el impulsado en 2018 por la Fundación Mundo Sano para acabar con la transmisión materno infantil de la enfermedad de Chagas en 2030. Actualmente, este propósito colabora con los organismos técnicos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la Organización Panamericana de la Salud (OPS); y cuenta con el apoyo de instituciones públicas como la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB); de los sistemas públicos de salud de diversos países; de instituciones académicas, como la Universidad de Harvard; y de numerosos agentes vinculados con las enfermedades desatendidas, profesionales de la salud y asociaciones de pacientes, entre otros.

“Esta conciencia de colaborar es la base para ampliar el propósito tal y como lo conocemos ahora y llevarlo a un nivel superior: el propósito compartido”

Tomando como referencia el caso de Mundo Sano en la lucha contra el Chagas, identificamos cuatro principios o características de un propósito compartido:

  • Es relevante. Apunta a una necesidad social definida en las agendas globales a largo plazo, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. “Ningún Bebé con Chagas en 2030” es un propósito compartido que está alineado con las estrategias de la OMS y de la OPS. Y apunta a las prioridades de salud para 2030, tal como está previsto en los ODS.
  • Es alcanzable. Adquiere un compromiso moral y logra mantenerlo en el tiempo porque el reto es específico y es alcanzable. Mundo Sano ha demostrado que es posible lograr que ningún bebé nazca con Chagas en 2030 si se actúa de forma coordinada en el diagnóstico y tratamiento de las mujeres en edad fértil.
  • Es escalable. Se articula a través de modelos de trabajo sostenibles, replicables, escalables y transferibles. La lucha contra el Chagas puede ser un ejemplo de cómo cambiar la historia de una enfermedad asentada en la resignación; y servir de modelo para otras enfermedades olvidadas e invisibles.
  • Está basado en evidencias científicas. Éste es uno de los principios que desde sus inicios promueve Mundo Sano y que recientemente ha sido ratificado por las investigaciones del premio Nobel de Economía Michael Kremer en relación con la mejora de la situación de la pobreza, frente a las soluciones más creativas.

Hacia el liderazgo activista

Para poder articular un propósito compartido es necesario además un liderazgo activista, que incluye una acción proactiva en contra de la injusticia, sumando esfuerzos sin aceptar con resignación los problemas globales.

“Para poder articular un propósito compartido es necesario además un liderazgo activista”

En estos días hemos visto muchos ejemplos de este tipo de liderazgo en todo el mundo. En España, una multitud de empresarios están ofreciendo la mejor versión del líder activista que, a pesar de todos los obstáculos, siempre ofrece una solución. Y que entiende que ha llegado la hora de hacer realidad el sueño de que todas las instituciones y empresas colaboren a través de un propósito compartido donde el ciudadano está en el centro.

 

Silvia Gold
Presidenta de la Fundación Mundo Sano
Doctora en Bioquímica. Miembro de la Academia Nacional de Farmacia y Bioquímica de Argentina. La Dra. Gold es miembro de la alianza global Uniting to Combat. Además es presidenta de Grupo Insud, y junto a Hugo Sigman fundó Insud Pharma (ex - Grupo Chemo), un grupo internacional dedicado a la investigación, el desarrollo y la producción de principios activos y medicamentos. En 2019 recibió la Medalla de Oro de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Murcia, en España. [Argentina]
Juan Cardona
Director Senior Área Liderazgo y Posicionamiento Corporativo de LLYC
Cuenta con 20 años de experiencia profesional en las áreas de comunicación corporativa, reputación y responsabilidad social, ha asesorado en la estrategia de comunicación a numerosas compañías internacionales y cotizadas. Ha sido director de Operaciones en Corporate Excellence, y director de Responsabilidad y Reputación Corporativa de Ferrovial. [España]

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