La Creatividad como un Atributo de Competitividad
Quizás el concepto más aceptado de creatividad es la capacidad de crear nuevas ideas sobre la base de información o experiencias aprendidas. Si bien la creatividad es inherente a la mente humana, es cierto que hay personas cuyo pensamiento creativo está más desarrollado que en otras. La diferencia no está en la capacidad creativa, sino en la capacidad de las personas de abstraerse del pensamiento lógico o convencional, e identificar y solucionar problemas de forma creativa; es decir, yendo por un camino distinto, diferente, divergente o novedoso. La creatividad, que sin duda ha jugado un rol fundamental en la propia evolución de los seres humanos, es un atributo cada vez más valorado, sobre todo en el mundo en el que vivimos hoy donde los avances tecnológicos, tales como la Inteligencia Artificial, ponen a prueba la productividad de las personas y su capacidad de resolver problemas.
La creatividad normalmente ha sido asociada a disciplinas con algún componente artístico, pero lo cierto es que la creatividad está presente en todas las disciplinas y facetas de la vida profesional y el Derecho no es ajeno a esa realidad. De hecho, la creatividad siempre ha estado presente en el Derecho y con el paso del tiempo va tomando cada vez más relevancia, particularmente en la prestación de servicios profesionales.
El abogado creativo es aquel capaz de abstraerse de lo tradicional, combinando su conocimiento, experiencia y sentido común para innovar en favor de su cliente.
El Derecho es una disciplina cuyo objetivo final es el ordenamiento social. Las leyes son (o debieran ser) el resultado del consenso social sobre cómo queremos o debemos comportarnos, abarcando la totalidad de las relaciones humanas, desde las más básicas hasta las más complejas.
Es así pues que la formación jurídica de los abogados les enseña a identificar, analizar y solucionar problemas sobre la base del conocimiento del ordenamiento jurídico, utilizando lo que los abogados llamamos la lógica jurídica.
Ahora bien, cuando aplicamos esta descripción algo abstracta a situaciones altamente complejas como la prestación de servicios legales empresariales, la lógica jurídica muchas veces no es suficiente. La complejidad de las operaciones financieras, las fusiones empresariales, los conflictos societarios, los planeamientos estratégicos, entre otros, requieren que los abogados no se limiten a utilizar el conocimiento y la lógica para la identificación, análisis y solución de problemas. Ésta tiene que ser complementada con otros atributos como la intuición, la experiencia y por supuesto la creatividad.
El abogado creativo es aquel capaz de identificar y valorar riesgos no aparentes, el que plantea ideas novedosas para solucionar problemas, minimizar o controlar riesgos; el que es capaz de proponer estrategias de defensa de manera innovadora. El abogado creativo es aquel capaz de abstraerse de lo tradicional, combinando su conocimiento, experiencia y sentido común para innovar en favor de su cliente.
El mundo de la asesoría legal empresarial (o de estudios, despachos o firmas como se les conoce en los distintos países de habla hispana) es cada vez más competitivo y no solo por la oferta de servicios legales cada vez más sofisticados, sino por el propio desarrollo de la tecnología y las herramientas de Inteligencia Artificial. El mercado de demanda de servicios legales tiende a premiar aquellos servicios que le agreguen valor a sus organizaciones o que le ofrecen un real retorno a la inversión en honorarios legales. Por el contrario, dicho mercado tiende a no tercerizar aquellos servicios de bajo valor agregado y cada vez más busca invertir en tecnología que reemplace las horas hombre.
En efecto, el desarrollo tecnológico y las herramientas de Inteligencia Artificial en el mundo legal, están poniendo en jaque a la manera tradicional de prestar servicios legales y obligando a los despachos a repensar sus estrategias de competitividad. Ahora bien, así como los seres humanos, la Inteligencia Artificial también tiene sus limitaciones, por lo que no debemos entenderla como una amenaza, sino como una oportunidad.
En un futuro muy cercano, los llamados a mantenerse relevantes en el mercado de los servicios legales serán aquellos que sepan combinar adecuadamente las herramientas de la Inteligencia Artificial con el talento humano creativo, que saque el mayor provecho de la información y estadística para crear soluciones innovadoras.
La carrera no es contra la tecnología, sino con la tecnología: la llamada “Colaboración Cognitiva”, en la cual los seres humanos y las máquinas trabajan juntos. Las máquinas entregando información, estadística, identificando errores, prediciendo fallos judiciales; y los abogados, utilizando dichas herramientas para crear soluciones innovadoras y plantear estrategias menos aparentes. En un futuro muy cercano, los llamados a mantenerse relevantes en el mercado de los servicios legales serán aquellos que sepan combinar adecuadamente las herramientas de la Inteligencia Artificial con el talento humano creativo, que saque el mayor provecho de la información y estadística para crear soluciones innovadoras. La verdadera competencia en la prestación de servicios legales está en la búsqueda de talento creativo, aquel que pueda agregar el valor a los clientes que las herramientas de Inteligencia Artificial aún no pueden.