Un salto en la transformación energética y digital
Europa ha ofrecido una respuesta contundente a la pandemia COVID-19 , y así ha salido más fortalecida en su unión para hacer frente a los retos que plantea la actualidad, incluidos los derivados de la invasión rusa de Ucrania y la subida de precios de la energía.
En julio del 2020, la Unión Europea dio un paso nuevo en su historia y creó NextGenerationEU, un instrumento de apoyo fiscal a nivel europeo con una potencia del 5% del PIB de la UE. Lo hizo de forma inteligente y valiente: incentivando la mayor transformación estructural de la economía europea que hayamos conocido y asegurando un alto nivel de inversión dirigido a acelerar la transición verde y digital. Con ello, la UE se ha convertido en el mayor emisor de bonos verdes del mundo. El fondo, dotado de 750.000 millones de euros (a precios de 2018), tiene en su corazón el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, que financia con subvenciones y préstamos las inversiones y reformas acordadas con los Estados Miembros. El objetivo es mitigar el impacto de la pandemia y hacer que las economías y sociedades europeas sean más sostenibles y resilientes y estén mejor preparadas para los retos y las oportunidades de las transiciones ecológica y digital.
España ha aprobado una Ley de Cambio Climático y Transición Energética que establece por ley el objetivo de neutralidad climática para 2050, incluyendo un sistema eléctrico 100 % renovable.
El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España fue aprobado por el Consejo en julio del 2021 con una dotación de subvenciones no reembolsables de 69.512 millones de euros, casi un 6 % del PIB de España en el 2019. De aquí al 2026, España espera invertir 27 800 millones de euros en la transición climática con importantes inversiones en eficiencia energética, transporte sostenible, energía renovable, preservación de la biodiversidad y gestión de agua y residuos. España ha aprobado una Ley de Cambio Climático y Transición Energética que establece por ley el objetivo de neutralidad climática para 2050, incluyendo un sistema eléctrico 100 % renovable.
En el frente digital, se esperan inversiones por valor de 19 500 millones de euros en digitalización de la administración pública, en habilidades digitales e inclusión digital, en digitalización de la industria, en inteligencia artificial, ciberseguridad y en conectividad. El Plan también invierte en la resiliencia económica y social del país con el fin de reducir la alta tasa de desempleo —en particular el juvenil—, reducir la alta proporción de trabajadores con contratos temporales y atajar el bajo crecimiento de la productividad. Así, el plan invierte en fomentar sistemas educativos eficaces e inclusivos para reducir la tasa de abandono escolar prematuro. Hay inversiones sustanciales para mejorar las capacidades de los trabajadores y para modernizar el sistema de educación y formación profesional.
En el frente digital, se esperan inversiones por valor de 19 500 millones de euros en digitalización.
El Plan aborda las recomendaciones específicas hechas a España por el Consejo en 2019 y 2020, que incluyen, entre otras, la necesidad de mejorar el desempeño del mercado laboral, reducir el abandono escolar, incrementar la capacidad de innovación y hacer que el gasto público sea más eficiente y sostenible. Algunos expertos estiman que el impacto en la economía de las reformas comprometidas podría ser claramente superior al de las inversiones.
El Mecanismo de Recuperación y Resiliencia introduce la financiación por objetivos, que brinda transparencia y rendición de cuentas en el uso de la financiación. La Decisión de Ejecución del Consejo define un listado de 416 hitos y objetivos que España debe cumplir para recibir la financiación acordada en una serie de ocho desembolsos previstos hasta el 2026. Los hitos y objetivos nos permiten monitorear el progreso de las reformas e inversiones. Son claros, realistas y brindan a la administración pública, la sociedad civil y a los legisladores información sobre los propósitos de las inversiones y los resultados alcanzados. En definitiva, el instrumento ofrece un marco de financiación por resultados, que enriquece el sistema de finanzas públicas, favoreciendo evaluaciones ex ante de los programas de gasto, la definición de indicadores de desempeño, las evaluaciones ex post y revisiones de gasto de los principales programas. El Plan español adapta en gran parte esta filosofía de financiación por resultados al incluir medidas para hacer más eficiente y sostenible el gasto público. Las revisiones del gasto contribuirán a mejorar la calidad y la eficiencia del gasto público español, lo que permitirá reorientarlo hacia un mayor crecimiento y un gasto más respetuoso con el medio ambiente y más orientado a la lucha contra el cambio climático.
Para que el Plan sea un éxito será necesaria la correcta implementación del mismo por parte de la administración pública, a todos sus niveles. El poder legislativo tiene también un rol importante con la aprobación de un elevado número de leyes que figuran como reformas en el Plan. También será necesaria la concurrencia positiva de sociedad civil y el sector privado. En particular, la aportación de inversión privada dará un carácter netamente transformador al Plan. La Comisión estima que, para financiar la transición a cero emisiones netas, la UE necesita una inversión de alrededor de 390.000 millones de euros cada año hasta el 2030, lejos de lo que la inversión pública puede aportar. Se necesita financiación privada para cerrar la brecha en la financiación. Además, el sector privado puede mejorar el marco regulatorio al participar en las consultas públicas y dar feedback sobre cómo se están desarrollando las convocatorias.
La efectiva implementación del Plan debería permitir a España dar un salto extraordinario en el camino de su transformación energética y digital, mejorar su capital humano y su desarrollo económico y social. La oportunidad de transformación existe, los instrumentos están en pie, los objetivos definidos. La invasión de Rusia de Ucrania, no hace más que reforzar la necesidad de implementar NGEU y acelerar la transición verde y digital en Europa.
La Comisión Europea apoyará sin duda alguna a España en este camino de recuperación y transformación de su economía.