La COLABORACIÓN y VOZ de las NIÑAS como CAMINO a la ESPERANZA
Los jóvenes son el futuro porque entienden los problemas del planeta. Esa frase la dijo la gran primatóloga Jane Goodall y yo creo que tiene toda la razón, pero agregaría que también somos el presente.
Somos presente desde entender que no somos espectadores si no protagonistas de cambios, accionadores de transformación social, que somos una parte activa de la sociedad, que queremos ser escuchados y tomados en cuenta.
De ahí también la importancia del diálogo intergeneracional, compartir experiencias, visiones, conversar y debatir ideas, buscar soluciones en conjunto. Dejar de lado el adultocentrismo porque el rediseño del mundo se construye desde la cadena colaborativa amplia, diversa e inclusiva. En esto hay que ser radical. Para prometerles un futuro a las próximas generaciones necesitamos generar un cambio sistémico en nuestro actuar y apuntar hacia un desarrollo sostenible. Hay que trabajar para la construcción y rediseño de nuevos tiempos. Es desde las acciones concretas y en colaboración entre distintos actores de la sociedad como lograremos cambios reales, necesarios y urgentes.
Dejar de lado el adultocentrismo porque el rediseño del mundo se construye desde la cadena colaborativa amplia, diversa e inclusiva
En este contexto, un liderazgo donde las emociones no sean vistas como debilidades ni vulnerabilidades sino como fortalezas cobra relevancia en un mundo que necesita conversar, necesita humanidad. “Necesita altas dosis de empatía y de corresponsabilidad en el hogar y en la vida cotidiana para que el poder no sea un lugar hostil para la participación de las mujeres, un espacio de monopolio para los hombres” ( Margarita Flández , Tremendas Chile)
un liderazgo donde las emociones no sean vistas como debilidades ni vulnerabilidades sino como fortalezas cobra relevancia en un mundo que necesita conversar, necesita humanidad
Hablemos de urgencias
Y si de urgencias hablamos, la crisis climática es una de ellas. La situación actual, con la data existente desde el mundo científico, evidencia lo innegable pese a la necedad, ceguera y egoísmo de algunos que ven el bienestar personal sobre el bien común y olvidan que al vivir en comunidad, las problemáticas que me afecten a mí también afectarán al de al lado. Por eso, veo la educación de las niñas como una solución al cambio climático. La educación de las niñas es decisiva para un futuro sustentable. Según Proyect Drawdown, uno de los tres puntos a trabajar es la cohesión social promoviendo la igualdad de género, dentro de lo que destaca el empoderamiento y la educación de las niñas.
La comunidad mundial debe abordar la salud reproductiva de las mujeres desde la perspectiva de justicia de género con fuerte énfasis en el derecho de programas de educación de calidad para las niñas. Otro aspecto importante es el impulso a la resiliencia climática. La investigación de la Brookings Institution muestra que cada año adicional de escolarización que se les entrega a las niñas, la resiliencia de los países a los desastres climáticos mejora en un porcentaje considerable. Además podemos ver la educación de niñas como promotora de fuerza de habilidades para liderar en economías verdes. Es relevante y tremendamente importante formar niñas líderes y empoderarlas para que puedan generar cambios positivos y sustentables.
Avanzar en la igualdad de género, lograr la igualdad y empoderamiento de la mujer es clave para abordar el cambio climático y cada vez más estudios de organizaciones internacionales así lo demuestran.
Educar a las niñas no sólo les permite mejorar sus vidas sino que permite cambiar el mundo.