El infinito potencial del corporate venture capital en Latinoamérica
A nivel mundial, la colaboración entre startups y corporaciones ha pasado de ser una estrategia emergente a una realidad consolidada. Es así como el corporate venture capital (CVC, por sus siglas en inglés) ha ido ganando terreno en el mercado. Este tipo de venture capital, en el que un corporativo crea un equipo dedicado a invertir en empresas emergentes externas en etapa de crecimiento, permite expandir el ecosistema de innovación y hacer a las compañías aún más competitivas. Los CVC comparten su capital, su experiencia y su solidez; y las startups, su agilidad, su talento y sus soluciones disruptivas. Así, se benefician mutuamente.
En los últimos años, Latinoamérica, que es consciente del potencial de este modelo, viene haciendo esfuerzos para implementarlo. Según el “State of CVC 2022 Report” de CB Insights, 2022 cerró con un descenso en las inversiones en startups y/o fintechs. No obstante, a nivel global, según PitchBook, la cifra de transacciones en las que en 2022 participaron los CVC creció hasta los 22 400 millones de dólares estadounidenses, lo que representó un claro incremento frente a 2021, cuando el monto fue de 17 600 millones.
Comprender las ventajas que ofrece el CVC es fundamental para propiciar su crecimiento. Además de brindar acceso a nuevos mercados, permite ganar dinamismo, creatividad y fortaleza, e identificar nuevas tendencias y captar nuevos clientes, todo lo cual brinda una nueva perspectiva a la gran empresa. El acceso a nuevas tecnologías y modelos de negocio disruptivos que se puede alcanzar hace también posible potenciar el talento y el emprendimiento, creando nuevas formas de gestión empresarial en las que “todos ganan” al mismo tiempo que se crea un ecosistema de innovación cada vez más relevante.
Comprender las ventajas del CVC es fundamental para propiciar su crecimiento. Brinda acceso a nuevos mercados, permite ganar dinamismo, creatividad y fortaleza, e identificar nuevas tendencias y captar clientes
El informe “Corporate Venture Capital y su impacto en LATAM”, elaborado por la MIT Technology Review con el apoyo de 32 grandes empresas de la región, revela que el 90 % de estas sí tiene interés en aportar capital a emprendimientos tecnológicos, pero aún se enfrenta a una serie de retos para convertir esa intención en realidad.
Algunos de los principales obstáculos son la falta de una cultura dentro del corporativo, marcada por una dinámica tradicional, que favorezca el CVC, así como la carencia de un ambiente de colaboración, de un mindset digital y de capacitación en el rubro. Además, interfieren factores externos, como la ausencia de regulación tecnológica y fiscal, lo que hace cada día más urgente la institucionalización y la acreditación de la industria.
En ese sentido, las organizaciones de la región han tomado conciencia de la necesidad de adoptar acciones de mejora para seguir impulsando el ecosistema fintech. Para ello, tomar casos exitosos de CVC en países desarrollados puede funcionar como punto de referencia para construir un modelo eficaz en Latinoamérica.
Por ejemplo, el mercado europeo ha experimentado una tendencia creciente de actividades de corporate venturing, de las cuales el CVC es una parte. Se han ido probando modelos en los que la colaboración integral y la aplicación de estrategias de inversión son diversas: inversiones directas de capital, asociaciones estratégicas, empresas conjuntas y, en los últimos años, adquisiciones.
Muestra de ello es Wayra Hispam, el brazo de innovación abierta de Telefónica en Hispanoamérica, que hace más de doce años fue pionero en establecer el CVC en la región y hoy sigue activo, reinventándose y buscando nuevas oportunidades, y que en 2022 efectuó una inversión global de más de 6 millones de dólares en 40 startups de diversos rubros.
De esta manera, mercados como el europeo funcionan como un gran referente en el camino que le queda aún por recorrer al latinoamericano. Y es ahí donde deberíamos dirigirnos. En el marco de la próxima Presidencia de España del Consejo de la Unión Europea en el segundo semestre de este año, existe una oportunidad, desde el punto de vista de la cooperación, para afianzar las relaciones con nuestra región, viéndola como una posibilidad de crecimiento económico conjunto e inversión, y fortaleciendo sistemas tecnológicos y de innovación en los que, sin duda, el CVC debería tener un rol protagónico.
El corporate venture capital puede ser una importante fuente de financiamiento para los emprendedores de la región, con todos los beneficios sociales y económicos que ello conlleva
En síntesis, el corporate venture capital ha dejado de ser el futuro potencial para convertirse en un presente cada vez más evidente. Y las empresas que no lo pongan en marcha corren el riesgo de quedar en el pasado. América Latina posee el potencial, pero aún queda un largo camino por recorrer, para, a través de este modelo, crear soluciones innovadoras que mejoren la vida de los ciudadanos. Asimismo, el CVC puede ser una importante fuente de financiamiento para los emprendedores de la región, con todos los beneficios sociales y económicos que ello conlleva.
En Krealo, el corporate venture capital del Grupo Credicorp, lo tenemos claro. Por eso, identificamos, evaluamos e invertimos en fintechs o startups de la región andina que incluyan servicios financieros dentro de sus operaciones, lo que se traduce en un mercado de más de 100 millones de personas entre Perú, Chile y Colombia. De esta manera, buscamos impulsar el ecosistema fintech y transformar los servicios financieros de la región.
Con las herramientas adecuadas, y realizando un esfuerzo conjunto, es posible dar el salto y hacer de la colaboración una realidad consolidada también en nuestra región.