UE-Latinoamérica: nuevos tiempos, nuevos enfoques
Los vínculos existentes entre América Latina y la Unión Europea en general, y España en particular, son sin duda especiales. La UE es el mayor inversor en América Latina, y España el mayor entre sus países miembros. La inversión latinoamericana a este lado del Atlántico ha crecido recientemente, en especial la procedente de empresas medianas y startups. Las conexiones culturales, fruto de siglos de una relación compleja pero intensa, han fomentado la creatividad y la innovación empresarial. En los últimos años, debido a la incertidumbre provocada por una gran crisis de la globalización, las dos regiones han manifestado el deseo de estrechar aún más sus lazos. Tal vez la UE pueda ser un ejemplo para que América Latina avance en su deseable integración; sin duda, esta tiene mucho que enseñar a Europa sobre la gestión de riesgos y acontecimientos inesperados.
Con todo, debemos reconocer que algunas de las afirmaciones que a veces hacemos acerca de nuestra relación especial expresan más un deseo que una realidad. Siguen que- dando muchas potencialidades por explotar y muchos malentendidos por deshacer. En LLYC creemos que la Presidencia española del Consejo de la UE durante el segundo semestre de 2023 –uno de cuyos objetivos principales es estrechar la relación, y liderar y facilitar el diálogo, entre las dos regiones– es una oportunidad inmejorable para convertir las buenas intenciones en proyectos más justos, sólidos y duraderos.
Hemos dedicado este número de UNO a los vínculos entre América Latina y la Unión Europea porque, para LLYC, estos son algo más que una buena idea: están en el corazón de nuestro proyecto empresarial
Por esa razón hemos querido dedicar este número 40 de la revista UNO a la necesidad de nuevas alianzas entre la Unión Europea y América Latina. Hemos convocado a políticos, directivos, periodistas, altos funcionarios, intelectuales y consultores de LLYC para que nos cuenten sus experiencias y compartan sus visiones e ideas en estos tiempos de crisis y oportunidad. Porque, para LLYC, los vínculos entre América Latina y la UE son algo más que una buena idea: están en el corazón de nuestro proyecto empresarial. Poco después de nacer en 1995, en Madrid, realizamos nuestros primeros proyectos en Argentina y Perú, y empezamos a abrir oficinas en Lima, Buenos Aires, Bogotá, Panamá y otras ciudades hasta llegar a las dieciséis sedes actuales que la compañía tiene en trece países de América Latina. Y hemos expandido enormemente nuestra actividad por todo el continente. A cierre del 2022, el 50 % de los ingresos operacionales de LLYC provenían de América Latina y entre los objetivos de nuestro plan estratégico para los próximos tres años está el seguir creciendo allí. El establecimiento de nuevas alianzas entre América Latina y la UE no es solo el tema de portada de esta revista: es nuestra vocación.
Juan Carlos Gozzer, el CEO de LLYC América Latina, recuerda en estas páginas que nuestras dos regiones son “las más compatibles del planeta”, y además lo son en aspectos clave para el futuro de la economía e incluso de la convivencia global: la digitalización, la transición energética, la coordinación política para hacer frente a retos como el auge de China, la nueva realidad comercial pospandémica, la necesidad de nuevas materias primas y la existencia de una guerra en el corazón de Europa. Todo ello nos obliga a ser particularmente inventivos y osados. La Presidencia española del Consejo de la UE es un acontecimiento de naturaleza política. Pero es la sociedad al completo —con su comunidad empresarial al frente— la que debe comprometerse a hacer realidad lo que los representantes europeos y latinoamericanos, liderados por España, discutan en los encuentros que se producirán durante este semestre para revisar cuestiones como el acuerdo de Mercosur, las inversiones europeas en la región o la necesidad de cooperar para evitar los peores rasgos del extractivismo.
LLYC celebra que la labor diplomática española asuma como propia la tarea de reforzar vínculos y contribuirá a que estos sean más creativos y sostenibles. Son nuevos tiempos. Necesitamos nuevas alianzas
Entre el momento en que concebimos esta revista y el de su publicación, en España se convocaron unas elecciones generales de las que podrían surgir una mayoría parlamentaria, y un Gobierno, distintos. Nos preguntamos cómo podría influir esa eventualidad en la Presidencia española del Consejo de la UE. Pero enseguida nos percatamos de que, más allá de los cambios políticos, se mantendrán dos hechos transversales compartidos por casi toda la población española: el europeísmo y la percepción de que existe una relación especial con América Latina.
“El proyecto de integración europea es indispensable para Europa”, me dijo Moisés Naím en la conversación que reproducimos más adelante. Y “el potencial que tiene una América Latina integrada es enorme y es motivo de grandes esperanzas que hasta ahora se han incumplido”. Es el momento de hacer valer ambas ideas: una Europa unida y una América Latina que desarrolle su enorme potencial, y una creciente influencia entre ambas. LLYC celebra que la labor diplomática española asuma como propia esa tarea y contribuirá a que esos vínculos sean más creativos y sostenibles, como ha hecho históricamente. Son nuevos tiempos. Necesitamos nuevas alianzas. También en el ámbito de la comunicación.